En medio del golpe de Estado que se encuentra en marcha, aparecen nuevos elementos que o bien forman parte del plan o están tratando de pescar en río revuelto.

 

Uno de estos actores sobrevenidos es el exministro de Petróleo Rafael Ramírez, quien ha aparecido en escena anunciando que se postulará como candidato presidencial del chavismo en unas elecciones que se supone serán convocadas en breve.

 

Una primera aproximación al análisis apunta a que Ramírez se propone darle piso a esos nuevos comicios presidenciales, que dejarían sin efecto los realizados en mayo de 2018, en los que obtuvo la victoria Nicolás Maduro.

 

Ramírez, quien rompió con el Gobierno luego de haber sido también presidente de Petróleos de Venezuela, canciller y embajador ante la Organización de las Naciones Unidas, enfrenta acusaciones por varios presuntos delitos de corrupción en la casa matriz. Los casos son investigados por el Ministerio Público.

 

Desde que se produjo la separación, Ramírez se ha tornado en severo crítico del Gobierno de Maduro, a quien acusa de haberse distanciado del legado del comandante Hugo Chávez. Con sus denuncias ha procurado salvar su responsabilidad en la impresionante caída de la producción de Pdvsa, cuyo origen se remonta a su administración.

 

A principios de 2018, cuando se anunció el proceso electoral presidencial, Ramírez intentó disputarle la candidatura a Maduro, pero esta opción no se concretó, entre otras razones porque el interesado se mantuvo fuera del país.

 

Una hipótesis sobre el rol que juega Ramírez en este tablero indica que intentará presentarse como el líder de un chavismo diferenciado del que lidera el presidente Maduro y que tendría la tolerancia de la derecha local y de Estados Unidos.

 

(LaIguana.TV)