Se cumplen 30 años de la Operación Causa Justa, la invasión estadounidense a Panamá. Tres décadas después, el Gobierno de Donald Trump «no descarta» una intervención militar en Venezuela. Sputnik te cuenta porqué Venezuela no será una presa tan fácil como lo fue Panamá.

 

El 20 de diciembre de 1989 EEUU invadió Panamá con el propósito de capturar al general Manuel Antonio Noriega, que había dado un golpe de Estado y que era requerido por la Justicia estadounidense por el delito de narcotráfico. Pero también pueden haber habido otras razones.

 

EEUU controló la Zona del Canal de Panamá desde 1903 —cuando emprendió la construcción que une al océano Atlántico y Pacífico y que ha hecho a Panamá mundialmente conocida—, hasta 1999, cuando empezó a llamarse Área Canalera y pasó a estar en manos panameñas. Esto fue tras la entrada en vigor del tratado  firmado por el jefe de Estado panameño Omar Torrijos (1968-1981) y el presidente estadounidense James Carter (1977-1981) en 1977, en el que se acordó la devolución de la Zona del Canal a Panamá.

 

Cuando en 1989 EEUU llevó a cabo el operativo denominado Causa Justa (OCJ), una de sus primeras acciones fue disolver las Fuerzas de Defensa de Panamá, dejando descubierto la verdadera causa del despliegue militar: imponer un Gobierno leal para poder, por esa vía, mantener un control sobre la Zona del Canal.

 

El operativo, que fue condenado por la Asamblea General de la ONU y por la Organización de los Estados Americanos, produjo aproximadamente 3.000 muertos y finalizó el 31 de enero de 1990, con el juramento de Guillermo Endara como presidente de Panamá desde la base militar estadounidense de Fuerte Clayton.

 

Desde 1999, cuando Hugo Chávez empezó a gobernar Venezuela, la posibilidad de utilizar la fuerza militar extranjera para «salvar» al país caribeño ha sido tema de discusión internacional. En agosto de 2017, Trump acabó con las especulaciones y dijo que no descartaba una «opción militar».

 

Después de que EEUU reconociera al autoproclamado Juan Guaidó como presidente, el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, fue tomado por las cámaras con una libreta donde se leía «5000 soldados a Colombia». El 2 de febrero de 2019 Trump volvió a referirse al tema y advirtió que la «opción militar» sigue estando.

 

Estos hechos se suman a las declaraciones del secretario de Estado, Mike Pence —que instan a terminar con el «diálogo» y «tomar acción» respecto a Venezuela—.

 

Si EEUU está preparando una intervención militar contra Venezuela, ¿será tan fácil como lo fue con Panamá?

 

El director de la Oficina de Inteligencia y Análisis del Departamento de Seguridad Nacional de EEUU, José L. Delgado, escribió un artículo en la revista Military Review del Ejército estadounidense, en su edición de enero-febrero 2019, en el cual se pregunta: «¿Es una operación potencial en Venezuela comparable a la Operación Causa Justa en Panamá?»

 

Delgado se pregunta si las fuerzas estadounidenses están listas para desarrollar las operaciones militares necesarias para derrocar a Maduro. Para el analista, «aunque se han trazado muchos paralelos entre la situación de Venezuela en 2018 y la Operación Causa Justa (…) las situaciones son ampliamente diferentes».

 

Estos son los motivos señalados por Delgado:

 

En 1989 Panamá tenía 15.000 tropas, de los cuales sólo 3.500 eran soldados. Y, en cambio, EEUU tenía bases militares establecidas en toda la capital panameña, y emplearon una fuerza de más de 26.000 soldados. Venezuela tiene 115.000 soldados, además de tanques y aviones de combate.

 

Panamá tenía menos de tres millones de habitantes y un presidente legítimamente electo, listo para asumir las riendas del poder después de que Noriega fuera destituido. En Venezuela viven unas 30 millones de personas.

 

«Alrededor del 20% apoya al Gobierno Maduro. Estos partidarios tienen una ideología, el socialismo antiimperialista, que sirve para unificar sus esfuerzos en respuestas coordinadas a los desafíos de seguridad, y explica la resistencia política de Maduro a las presiones externas», indica Delgado.

 

Los militares venezolanos y su geografía, doctrina y capacidades, son en gran parte desconocidas para las fuerzas de los EEUU.

 

«Si las fuerzas [estadounidenses] inician una operación en las áreas fuertemente construidas en Caracas, o en algunas de sus otras áreas periféricas, además de tener que lidiar con las fuerzas convencionales de Venezuela, es probable que enfrenten una resistencia rígida y armada de fuerzas irregulares y oposición en múltiples formas; desde multitudes que simpatizan con Maduro y su ideología política, incluidos levantamientos armados y resistencia popular pasiva», escribe Delgado.

 

En 1989 ya había bases estadounidenses en Panamá. En el caso de Venezuela, tendría que mover una cantidad significativa de fuerzas sin tener ninguna previamente posicionada en el territorio o logística fiable, lo cual «también tendrá un efecto significativo en la logística, el tiempo y la ejecución de la operación».

 

Aunque las fuerzas de los EEUU han llevado múltiples invasiones en otros países desde la OCJ —Bosnia, Irak, Bangladesh, Ruanda y Haití— si se llegase a producir una invasión en Venezuela, para Delgado, hay algunos aspectos que su Ejército «debería mejorar» para sortear los obstáculos planteados. Algunos serían:

 

La naturaleza híbrida (urbana, selvática, marítima) de Venezuela «seguramente desafiará a una fuerza expedicionaria encargada de las operaciones militares».

 

EEUU no tiene experiencia en guerrillas urbanas y Venezuela «requerirá una amplia experiencia en la guerra urbana con orientación muy específica sobre el uso mínimo de la fuerza, fuego indirecto y bombardeos aéreos». En particular, debe hacerse hincapié en «la preservación de la infraestructura y los servicios públicos», ya que «serán clave para las operaciones de estabilización posteriores», señala el experto.

 

Las fuerzas militares estadounidenses no deben operar de manera independiente, sino «como parte de un esfuerzo conjunto, interinstitucional y con [apoyo] multinacional más amplio».

 

(Sputnik)