La operación bélica que se encuentra en marcha contra Venezuela ha tenido una de sus puntas de lanza en los medios de comunicación convencionales, los nuevos medios digitales y batallones de individualidades que han logrado impacto en las redes sociales (los influencers), todos financiados y aupados por los centros de poder imperial.

 

El especialista venezolano José Luis Carpio ha estudiado a fondo el tema y dice que el financiamiento de todos estos actores de la guerra psicológica se realiza a través de un viejo invento, el “fondo de reptiles”, ideado por Otto von Bismarck, en el siglo XIX. «Es una táctica donde se utiliza una partida económica para financiar editores, pago a comunicadores fanáticos, artistas, intelectuales y ahora a los influencers que afecten a la opinión pública y difundan información sesgada para envenenar, intoxicar, insultar, crear angustia, agredir y hacer bajar la guardia. Bajo la fachada de crowdfunding (financiación colectiva) se crearon portales webs con personal especializado que se encargan de crear noticias falsas como el reclutamiento de niños por soldados de las FANB, por ejemplo», explica el comunicador.

 

Carpio, natural del estado Monagas, es corresponsal de guerra, especialista en Comunicación y Conflictos Armados  de la Universidad Complutense de Madrid. También realizó la maestría Latinoamérica, Cultura, Sociedad y Desarrollo, en la Universidad Autónoma de Madrid y cursó estudios de  doctorado en Comunicación de Masas: Información y Propaganda, nuevamente en la  Complutense.

 

-¿Qué diferencias se observan entre la guerra mediática que se produjo alrededor del golpe de abril de 2002 y la que se desarrolla actualmente?

 

-El golpe contra Hugo Chávez en abril de 2002 tuvo apoyo de los empresarios de medios de prensa escrita, televisión, radio y la Sociedad Interamericana de Prensa. La propaganda de guerra actual contra Venezuela es descomunal y persigue es mismo objetivo: ejecutar un golpe de Estado. 17 años después se aplica el mismo guión con nuevas tecnologías para difundir noticias de laboratorio y crear el caos, desestabilizar emociones, generar comportamientos, respaldar acciones de sabotaje y alimentar una guerra civil. El objetivo es el mismo, ejecutar un golpe de Estado aplicando las tres M: manipulación, mentiras y medios de comunicación.

 

-Esos grandes medios impresos, radiales y televisivos, que reinaron durante el siglo XX, fueron los arietes del derrocamiento de Hugo Chávez, y en eventos posteriores, como la plaza Altamira, el paro petrolero y la oposición a la reforma constitucional de 2007, pero luego perdieron poder y han sido reemplazados por nuevos medios digitales. ¿Son las mismas tácticas o han cambiado?

 

-El uso masivo de Internet en Venezuela ha permitido que en esta nueva arremetida propagandística se utilicen nuevas tecnologías de las corporaciones mediáticas, empleando redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram, Youtube, etcétera. La táctica de propaganda se ha perfeccionado utilizando videos, audios y fotografías que son difundidas por las redes. Y en algunos casos, utilizan la técnica de la persuasión con mensajes subliminales, directos y con manipulación informativa para impulsar una rebelión armada.

 

-¿Cuál es el verdadero mecanismo de financiamiento de los medios que dicen ser de periodismo independiente y de investigación?

 

-Para esta brutal operación psicológica, la CIA financia cientos de portales web. El “fondo de reptiles”, ideado por  Otto von Bismarck, creador del II Reich, es una táctica donde se utiliza una partida económica para financiar editores, pago a comunicadores fanáticos, artistas, intelectuales e influencers que afecten a la opinión pública, y difundan información sesgada para envenenar, intoxicar, insultar, crear angustia, agredir y hacer bajar la guardia. Bajo la fachada de crowdfunding (financiación colectiva) se crearon portales webs con personal especializado que se encargan de crear noticias falsas como el reclutamiento de niños por soldados de las FANB, por ejemplo. Esta noticia se hizo viral gracias al apoyo de plataformas digitales, pero resultó una gran mentira.

 

-¿Qué similitudes pueden observarse entre las estrategias utilizadas en la actual coyuntura en Venezuela y procesos similares ocurridos en los países árabes?

 

-Igual estrategia de propaganda utilizaron en escenarios como Libia y Siria, en 2011, con la Primavera Árabe, donde las redes sociales jugaron un papel fundamental para el derrocamiento de Muammar Gaddafi,  en Libia, y para desestabilizar la administración de Bashar al Assad en Siria. La estrategia es crear una matriz que perfore las mentes con una supuesta crisis humanitaria, violación de derechos humanos y desmoralizar a los militares para quebrar su estructura institucional.

 

-Desde un punto de vista ético, ¿qué juicio puede hacerse de la conducta de los periodistas profesionales que participan en estas maniobras, ya no como empleados de grandes empresas editoriales, sino con sus propios emprendimientos?

 

-Los códigos deontológicos volaron por los aires. Ningún periodista se debe prestar para agredir a su propio país y menos para apoyar una invasión extranjera. Este fenómeno comunicacional que vivimos es buen tema para hacer una tesis doctoral sobre la conducta y ética de los comunicadores en situaciones de conflicto. Todo profesional digno tiene principios y ética. Debe respetar la verdad. El pueblo es sabio y se da cuenta de quién miente y a qué intereses responde. Al final, pierden lo más sagrado que puede tener un periodista: la credibilidad y respeto.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV)