La ayuda humanitaria es mucho más que repartir paquetes. De acuerdo con un artículo publicado por El País, no todo puede ser considerado ayuda humanitaria y no debe ser bienvenida “venga de donde venga”.

 

Según el texto, la posible distribución de ayuda humanitaria a Venezuela se está utilizando como un instrumento para generar una legitimidad paralela, lo que va en contra de las normas internacionales y genera más división, tensión y violencia entre la población.

 

El artículo explica que esta medida está regulada por normas previstas en la Resolución A/RES/46/182 de la 78ª sesión plenaria de las Naciones Unidas y se rige por los principios de: universalidad, humanidad, independencia, neutralidad e imparcialidad.

 

Por consiguiente, aplicar la falsedad de la ayuda humanitaria a cuestiones que no lo son, es un hecho grave “que implica la utilización de los principios que la rigen con la finalidad de realizar injerencia política”, refiere el texto.

 

Añade que si bien la crisis que enfrenta Venezuela tiene efectos significativos en la población, los cuales precisan atención, muchas organizaciones ya están en el país trabajando en el acceso de medicamentos y alimentos desde hace tiempo, lo que podría traer un impacto negativo para ellas: “Es de extrema gravedad que se utilice la simbología, nomenclatura y conceptos propios del humanitarismo para otros intereses. Es irresponsable y las consecuencias son terribles, generando que el trabajo de años de organizaciones y trabajadores humanitarios sea visto como algo sometido a sospecha”.

 

Asimismo, resalta que esta mala utilización de la llamada ayuda humanitaria transmite mensajes erróneos al pueblo y rompe con los acuerdos, normas y leyes internacionales “que hasta ahora eran estables y suponían un punto de partida”, para dar cumplimento al criterio de los intereses de determinados líderes políticos.

 

(LaIguana.TV)