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La Casa de la Moneda de Venezuela (CMV) es un complejo industrial creado por la Revolución Bolivariana que cuenta con la más alta tecnología y apresto para acuñar monedas, imprimir billetes y producir especies valoradas (timbres y estampillas fiscales, papel sellado, bandas de garantía, entre otras). Adscrita al Banco Central de Venezuela, es una de las vicepresidencias que lo conforman.

 

Pero los hechos recientes asociados a la incorporación accidentada del nuevo cono monetario y el decreto de salida de circulación del billete de 100 bolívares, puso en el tapete el nombre de la empresa Crane Currency, fabricante de las primeras oleadas de los nuevos billetes.

 

Billetes importados

La noticia asociada a los contratiempos generados por la entrega de la empresa Crane Currency de billetes venezolanos, en una operación de ataque financiero a la economía venezolana en un gran momento de vulnerabilidad, que involucró contratación de fletes aéreos fallidos y trabas «inexplicables».

 

Este caso puso al relieve la cuestión sobre las capacidades de la Casa de la Moneda para imprimir las nuevas series de billetes versus la dependencia para estos asuntos de empresas como Crane Currency, la cual tiene una sólida relación con el Departamento del Tesoro de EEUU desde finales del siglo XIX, como recientemente fue señalado por The Wall Street Journal. ¿Qué pasa con la Casa de la Moneda?

 

La Casa de la Moneda es la actual fabricante de las series de billetes de 50 bolívares y denominaciones inferiores, millones de unidades de estos billetes, desde 2007. Trascendió que durante el 2015 hizo una puntual adecuación tecnológica para poder imprimir la denominación de 100 bolívares, cuestión que facilitó la impresión nacional y ayudó a contener el efecto en la normalidad económica venezolana del proceso de desmonetización que viene agudizándose desde el 2014 con la extracción de billetes de esa denominación a Colombia y otros países, causa esa de las medidas de salida de circulación del mismo.

 

La Casa de la Moneda tiene capacidad de impresión de billetes de las denominaciones pequeñas, de 320 millones de piezas al año. También cuentan con el apresto para acuñar 324 millones de monedas al año.

 

No obstante, el volumen de billetes de 100 bolívares requeridos para el desarrollo habitual de las transacciones económicas en efectivo, fue creciendo no sólo por su extracción, también por la devaluación artificial que tuvo un impacto real en los precios, cuestión que hizo que se requirieran más billetes para operaciones cada vez más simples.

 

He ahí que Venezuela contrató servicios de otras casas de moneda para suplir la necesidad del billete de 100 bolívares, las contratadas fueron las empresas Giesecke & Devrient de Alemania, Oberthur Fiduciaire de Francia y De La Rue de Reino Unido.

 

A la fecha, sabemos que al menos 3 mil millones de unidades de billetes venezolanos de 100 están en el extranjero. Cifra que supera claramente el apresto de la Casa de la Moneda.

 

¿Por qué no imprimirlos acá?

Las razones son las adecuaciones a las capacidades tecnológicas que haría falta realizar en la Casa de la Moneda para imprimir con todos sus detalles los nuevos billetes.

 

Para procesar los tipos de papel, para imprimir las marcas de agua, dar la textura correcta de impresión, por la particularidad de las tintas, por los precintos de seguridad, entre otros detalles, que hacen muy distintos los nuevos billetes a los de la serie anterior, aunque en apariencia hayan similitudes.

 

La contratación se realiza con empresas del extranjero, de manera puntual en la entrada del nuevo cono monetario, entendiendo que ante la ausencia de estas adecuaciones la Casa de la Moneda no puede asumir los nuevos billetes. No es el caso de las nuevas monedas, entre ellas la de 100 bolívares, que hará una sustitución del famoso billete de 100 el cual sí puede ser acuñado en nuestro país.

 

La Casa de la Moneda de Venezuela contará con la capacidad operativa para asumir la producción de todos los nuevos billetes y monedas del cono monetario nacional, lo anunció así el pasado 7 de diciembre el presidente del Banco Central venezolano, Nelson Merentes.

 

«Con las dos líneas de producción que tiene, con la capacidad técnica que tiene, con el profesionalismo de nuestros empleados, la Casa de la Moneda tiene toda la capacidad de producir estos seis nuevos billetes», indicó en rueda de prensa realizada en la sede del ente emisor en Caracas.

 

Explicó que para cumplir esta labor se llevará a cabo una actualización tecnológica de la Casa de la Moneda y se brindará mayor atención con respecto a su personal para fortalecer el proceso de producción de los seis nuevos billetes: de 500, 1 mil, 2 mil, 5 mil, 10 mil y 20 mil bolívares; y las monedas de 10, 50 y 100 bolívares.

 

Durante la rueda de prensa, Merentes informó que el ejecutivo adelanta un plan de reducción de importaciones, a través de alianzas con las facultades de ciencias del país, que prevé el incremento de la producción de la tinta y los químicos que se emplean en la fabricación de los billetes.

 

La idea es que «pasemos de ser un país importador de materia prima a ser un país exportador de tecnología en el caso de los billetes que se utilizan en toda Latinoamérica, en el Caribe, en Caricom -Comunidad del Caribe-, en Suramérica», subrayó.

 

(misionverdad.com)