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Pena ajena se siente cuando el manejo de un medio de comunicación es empleado en sentido contrario a su esencia. La prensa controlada por la derecha venezolana, ha tenido un comportamiento perverso desde que la Revolución Bolivariana asumió la conducción del Estado, por libérrima decisión del pueblo venezolano el 6 de diciembre de 1998.

 

Patético ejemplo de ellos son las tergiversaciones que se hicieron y se siguen haciendo, contra la gestión de los diferentes poderes públicos, dirigidas a satisfacer las necesidades y demandas del pueblo venezolano. Nadie olvida la agresión verbal que contra el Comandante Hugo Chávez y su señora madre lanzó a través de la televisión en 2003 Felipe Mujica. Todo, en aras de una mal entendida libertad de expresión.

 

Este martes, un caricaturista emuló a Mujica: Mentó la madre al Presidente Nicolás Maduro.

 

Abiertamente opuesto a la medida soberana de retirar de circulación al billete de 100 bolívares, el “artista” Edo del diario El Nazional usó su derecho a la libertad de expresión para intentar golpear moralmente al Jefe de Estado. ¡Qué pobre y bajo es su talento!

 

Para nada extraña que el rotativo haya avalado y aprobado la circulación de la ofensa gráfica, pues, a diario lo hace usando otros métodos que dejan al descubierto la ruin línea editorial del pasquín en que se ha convertido el rotativo fundado por Miguel Otero Silva, insigne hombre de nuestras letras y formados de excelentes periodistas y escritores.

 

Si algo rescatable posee la caricatura de marras, es que hasta los mismos seguidores de la oposición corroboran el nivel intelectual y político que poseen quienes dicen ser sus dirigentes. Ello explica, entre otras cosas, por qué terminan el año con la derrota marcada en la frente y en el futuro que se les avecina.

 

(www.conelmazodando.com.ve)

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