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Un acuerdo de cooperación militar entre Colombia y la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) haría que el país suramericano diera “otro paso atrás en materia de soberanía e independencia”, advirtió el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP), Timoleón Jiménez, alias Timochenko.

 

El insurgente hizo estas declaraciones por medio de un comunicado difundido a través de su Twitter y a propósito de la celebración del presidente colombiano Juan Manuel Santos por el inicio de las conversaciones con la OTAN.

 

Las negociaciones con el organismo buscan supuestamente permitir el intercambio de información, a la vez incrementar la lucha contra el crimen transnacional, el terrorismo y el narcotráfico.

 

“Todos los colombianos deberíamos emocionarnos con la noticia, pero la verdad no vemos por qué”, dice Timochenko.

 

Añadió que la oligarquía de este país pretende aprovechar el escenario del fin del conflicto con el Gobierno “para la entronización absoluta del neoliberalismo, la entrega del Estado y de nuestras riquezas naturales al gran capital financiero transnacional y nacional, incluida la mano de obra colombiana, para lo cual requerirá del empleo de un aparato militar y policial de enorme significación, el cual juzga relegitimado con los Acuerdos de La Habana”.

 

Asimismo, recordó que las FARC-EP aspiran a convertirse en un detonante de la lucha y la movilización popular “contra los designios del gran capital y el poder hegemónico”.

 

Repudió también el papel imperialista de Estados Unidos (EE.UU.) que debido a su supremacía económica, militar, tecnológica y cultural pretende ser guardián del mundo moderno, “imponiendo su voluntad de uno u otro modo a cualquier otro poder que intente obrar de manera distinta o autónoma”.

 

Timochenko recordó que para esta nación norteamericana “ninguno de los conflictos de importancia en el mundo actual es ajeno” a la lucha por mantener su hegemonía.

 

“Chávez, Lula, Kirchner, Evo, Correa, Ortega, los Castro, con independencia de sus avances y retrocesos, se encargaron de probar que los tiempos de la abyección de los gobiernos de sus países a la Casa Blanca eran cosa del pasado. La OEA perdió su influencia continental, a la par que surgieron mecanismos alejados de Washington como UNASUR, la CELAC, el ALBA. El contragolpe del poder estadounidense estaba cantado. Y ha tomado cuerpo en los golpes, desestabilizaciones o giros a la derecha llevados a cabo en Honduras, Paraguay, Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia”, reza el comunicado.

 

(teleSUR)