Al tiempo que se labora en el restablecimiento del suministro de electricidad, es necesario avanzar en la recolección de las pruebas del sabotaje mediante un rápido y calificado trabajo de informática forense, dijo el comunicador y experto en computación Luigino Bracci Roa, en entrevista para LaIguana.TV.

 

“Cuando se sufre un ataque lo que normalmente se hace es reformatear la computadora o la red, pero eso borra las pruebas. Ahora es necesario recabar todos los rastros dejados por los que hicieron el ciberataque. Se debe solicitar el trabajo de expertos para que digan, sin lugar a dudas, que fue un sabotaje”, indicó.

 

Señaló que según lo que han declarado el presidente Nicolás Maduro y el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, se trató de un ataque directo al cerebro de la generación eléctrica.

 

“No es algo de extrañar porque son muchos los países, incluido Estados Unidos, los que han creado agencias especiales o formado batallones para prevenir esta clase de sabotajes. Los militantes del software libre lo hemos advertido muchas veces, no solo sobre Venezuela, sino respecto a cualquier nación”, expresó Bracci, quien es licenciado en Computación egresado de la Universidad Central de Venezuela.

 

Agregó que lo ocurrido debe verse en el contexto de las diversas arremetidas que ha venido sufriendo Venezuela, especialmente desde el 5 de enero pasado. “Es público y notorio lo que ha ocurrido con la autoproclamación de Juan Guaidó, su reconocimiento inmediato por parte del gobierno de Estados Unidos, la violencia para imponer la entrada de la ayuda humanitaria… todos son intentos de derrocar al presidente Maduro y esto que ha ocurrido ahora no parece ser una casualidad. Creo que muy poca gente puede creer que esto es algo casual”.

 

No es la primera vez

Bracci recalcó que esta no sería la primera vez que EEUU emprende un ataque cibernético contra otro país. Junto con Israel, lo hizo entre 2007 y 2010 para sabotear el programa nuclear de Irán. “Allí desarrollaron el virus Stuxnet para infiltrarlo en dos plantas de energía atómica. Lo introdujeron con un pendrive a través de un doble agente, un infiltrado, porque ese tipo de redes, igual que la del Guri acá en Venezuela, están aisladas de Internet por razones de seguridad.  Si  acá efectivamente hubo un ataque, lo más seguro es que haya sido ejecutado por una persona desde adentro”.

 

Según el entrevistado, nueve de cada diez informáticos en Venezuela son opositores, algunos de ellos muy fanatizados en contra del proceso revolucionario. Muchos  trabajan en instituciones públicas, de modo que no es tan difícil encontrar a alguien dispuesto a una operación de esta naturaleza.

 

En el caso del ciberataque a Irán, los infiltrados fueron técnicos de la empresa alemana Siemens, que había fabricado las centrifugadoras de la planta nuclear. Esos aparatos están conectados a una computadora para efectos de automatización y fue allí donde se efectuó el ataque. “Tanto los equipos industriales como el software y el hardware que los controlan son fabricados por empresas trasnacionales. No tiene nada de raro que el gobierno estadounidense llame a esas empresas o algún técnico de ellas y les pida ayuda para sabotear un sistema en Venezuela, con el argumento de que acá hay un dictador comunista. Tenemos esa vulnerabilidad porque dependemos de la tecnología”.

 

Luego del ciberataque a la planta nuclear, las centrifugadoras empezaron a funcionar mal. De las 4 mil que operaban se dañaron mil. Fue necesario detener el trabajo de la planta. “Cuando se hizo el análisis forense, a cargo de empresas especializadas como Symantec y Kapersky, se dictaminó que ese virus no podía ser la creación de unos chamitos por echar broma, sino que era la obra de al menos un estado-nación. Más tarde se supo que EEUU e Israel habían elaborado el virus. Eso quedó luego documentado por Wikileaks”.

 

En el caso de Venezuela, el antecedente más importante de este tipo de ataques es el sabotaje a la red de Petróleos de Venezuela en 2002, cuando los implicados incluso dejaron módem ocultos para continuar haciendo daño, en forma remota, luego de que se empezó el proceso para recuperar el sistema.

 

Incorporar a los técnicos


Bracci respondió a voceros políticos y técnicos opositores que se han apresurado a descalificar la denuncia de sabotaje y apuntan a problemas de incompetencia y corrupción.

 

“Nada de eso puede descartarse, pero es que fingir incompetencia es una de las modalidades de sabotaje que contempla el Manual de Gene Sharp. No podemos descartar que ha habido corrupción e incompetencia. Pero el que esto haya pasado justamente en este momento, cuando a diario se lanzan amenazas  desde los más altos niveles del gobierno de EEUU, seríamos demasiado tontos si creyéramos que fue una casualidad”.

 

Planteó que es necesario transmitir a la gente la idea de que el problema  va a persistir por varios días pues fue necesario aislar el sistema de cualquier computadora que pueda estar contaminada.

 

 Recomendó que  cuando se tengan todos los indicios recabados, los voceros políticos se hagan acompañar por  técnicos de alta calificación y por comunicadores sociales  que sean capac3s de transmitir eficazmente las explicaciones acerca de lo que ocurrió y de quienes son los responsables. Indicó que eso le dará a la denuncia la credibilidad que se requiere en este tipo de señalamientos.

 

(Clodovaldo Hernández /LaIguana.TV)