Sharmine Narwani, destacada comentarista y analista de geopolítica sobre el Oriente Medio, reveló este jueves los ofrecimientos de 250 mil dólares a un ingeniero iraní en 2010, por parte de empleados del Departamento de Estado estadounidense, para que deshabilite la red eléctrica de Teherán, la capital de Irán, a lo que finalmente se negó. La analista publicó la historia a propósito del gran apagón general ocurrido en Venezuela este 7 de marzo, que el gobierno del país ha descrito como un ciberataque realizado desde los Estados Unidos.

 

Narwani, escritora libanesa, fue asociada senior en el St. Antony’s College de la Universidad de Oxford y tiene maestrías en Relaciones Internacionales, Periodismo y Estudios sobre Oriente Medio en la Universidad de Columbia. Ha escrito análisis para una amplia gama de medios de comunicación, incluyendo Al Akhbar en inglés, The New York Times, The Guardian, Asia Times Online,USA Today, Huffington Post, Al Jazeera English, BRICS Post y RT.

 

La analista y escritora explicó, en un artículo en Medium, que a su amigo, un ingeniero cuya identidad no reveló para no poner en peligro su vida, le reveló en 2010 que dos “empleados del Departamento de Estado” se acercaron a él y le ofrecieron 250.000 dólares por “hacer algo muy simple” durante su próximo viaje a Teherán. El ingeniero “no sabía cómo estos tipos habían averiguado que yo iba a viajar a Irán, y cómo sabían que yo estaba sin dinero”.

 

El ingeniero dijo a los funcionarios estadounidenses que no estaba interesado, pero luego los empleados del Departamento de Estado se acercaron a él por segunda vez y le ofrecieron más detalles sobre el trabajo. Querían que deshabilitara la red eléctrica de Teherán a cambio de los 250 mil dólares.Necesitaban a alguien con habilidades técnicas, pero dijeron que el trabajo era simple. Tendría que ir a un lugar específico en el área de Teherán con una computadora portátil o dispositivo de comunicación similar y marcar un código. El código era algo parecido a “32-B6-B10–40-E” (el código no es el real, pero Narwani aseguró que es la misma cantidad de números y letras;  probablemente describe una contraseña para ingresar a algún sistema).

 

El ingeniero supuestamente se negó a hacerlo pues sabía que una acción como esta podía costar muchas vidas inocentes, pero en la segunda ocasión fingió interés para saber hasta dónde llegarían los empleados del Departamento de Estado.

 

En aquel momento, la escritora le pidió permiso al ingeniero para revelar su historia pero éste se negó rotundamente, por temor a que pudiera afectarle de alguna manera. Ella prácticamente se había olvidado del caso hasta que ocurrió el apagón nacional del 7 de marzo en Venezuela, atribuido a un ataque cibernético, lo que la motivó a hacer público el relato.

 

La analista explicó que, durante el gobierno de George W. Bush en Estados Unidos, se concibió un plan de ciberataques contra Irán, dado a conocer por The New York Times en 2016. Este plan, llamado “Nitro Zeus”, en el que participaba el CiberComando de los Estados Unidos (uno de los 10 comandos unificados del Pentágono), tenía como blancos una parte de la red eléctrica iraní. El plan continuó incluso cuando Obama llegó a la presidencia, lo que llevó a la conclusión de que estos planes se mantienen aún a pesar de los cambios de gobierno.

 

La exdocente de la Universidad de Oxford, quien ha pasado años cubriendo la guerra irregular de EE.UU. en el Medio Oriente, señaló que las infraestructuras son blanco integral en estas guerras, a veces a través de huelgas directas, proxies y operaciones de sabotaje.

 

A diferencia de las guerras convencionales, la guerra irregular de EE.UU. utiliza operaciones psicológicas de influencia, de forma encubierta, para lograr que la  población de un país, el “medio no comprometido”, apoye un cambio de régimen. Destruir la infraestructura de las ciudades, crear escasez, desatar violencia política, diseminar propaganda: todos estos son pasos descritos en el manual de Guerra No Convencional de las Fuerzas Especiales de EE.UU., para crear descontento en la población y afectar al gobierno.

 

Indica la escritora que la guerra cibernética es el más reciente teatro de participación del Pentágono, que ahora está incrementando abiertamente su inversión en “armas cibernéticas letales”, sin importar las víctimas civiles que estos ataques dejen tras de sí.

 

(AlbaCiudad)