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El fotógrafo de El Carabobeño, César Pérez, afirma haber visto el asesinato del distinguido del Ejército José Depablos, el 4 de febrero de 1992, presuntamente a manos del para entonces disip Mario Rocco. También asegura haber sacado vivo de una casa de las adyacencias del módulo Canaima al estudiante José Zerpa Miota, a quien luego consiguió asesinado en la polvorosa calzada.

 

“Estaba trabajando ese día. Nos sumamos a la caravana que llegó al Canaima, donde fue recibida a tiros. La parte del módulo tiene un área con cerca de bloque y otra que no. Yo me quedé en la parte de los bloques. Los soldados bajaron y se atrincheraron. Los muchachos corrieron hacia las casas».

 

¿Cuántos estudiantes había allí?

«Había bastante gente. Me dicen que en uno de esos autobuses mataron a la joven Columba Rivas, saliendo de allí.

 

En el módulo, cuando veo que los tipos están echando plomo, el convoy sigue hacia adelante y me abre el paso. Yo paso a millón por allí, en medio de la balacera. Agarro a mi compañera (periodista) y la agacho. Llegamos a un rancho que estaba sin cerca. Paré mi carro ahí, un Fiat Uno. Entonces tiraron una granada que le perforó los cauchos”.

 

¿Quién lanzó la granada?

«No sé si fue la Disip. Ellos nos estaban espantando. Apenas vieron a los soldados y a los muchachos empezaron a echar plomo. Estaban ahí la Disip y la policía de Carabobo.»

 

Pérez narra que cuando este esto ocurre, resguardó en un rancho a su compañera, a quien le había dado una crisis de nervios. Allí se encontraban varios estudiantes. Personas mayores, niñas y niños. “Les dije que se colocaran en el piso; que no soltaran a mi compañera, pues yo saldría a trabajar. Salgo. Y bueno, esa balacera duró como dos o tres horas. Me pongo del lado de los rebeldes. Me puse al lado de un soldado. La Disip nos estaba echando plomo con FAL”, enfatizó.

 

¿Quiénes más portaban FAL?

«La policía tenía HK, revólveres y pistolas. Los Disip sí tenían FAL. Aún no había llegado la Guardia Nacional. En el intercambio de disparos llegan unos policías en un Corolla (Toyota), entre ellos el apodado «El Mexicano», quien venía de la parte sur hacia el norte. Nosotros estábamos en la parte norte del módulo. El carro venía al revés, se encontraban como desorientados. Parece que les informaron que allí había un atraco. Nunca supieron que se trataba de un levantamiento militar. Pasan por el medio de la balacera de lado a lado. Y ahí los hieren mortalmente».

 

¿Cuántos policías murieron ese día?

«Yo vi dos policías muertos y como ocho heridos.

 

‘El Mexicano’ sale baleado y el militar le dice que suelte el arma. Yo estaba viendo por el lente que está malherido (‘El Mexicano’). Y entonces le digo al militar: ‘mira, no le dispares, que él no va a soltar la pistola’. El militar me preguntó qué hacer. Le dije que sacara al ‘El Mexicano’ del ángulo de tiro. Paro el fuego, me identifico, levanté la cámara. Logré parar el fuego entre las dos partes”, sostuvo.

 

Pérez se acercó donde yacía «El Mexicano», lo levantó y lo arrastró por la acera. “Toqué las puertas de las viviendas y nadie abrió. Cuando llego a un estacionamiento donde estaba el Corolla, en el cual había otro muerto, noto que hay como ocho policías más heridos. Le grito al oficial de la policía que meta una patrulla para sacar a esa gente de ahí”, relató.

 

Consideró que como ya los rebeldes “sabían que habían perdido el golpe” se empezaron a replegar hacia las casas, hacia el norte. “Observé a oficiales que pararon carros y se fueron. Quedaron algunos civiles y algunos soldados, como éste que mató el disip Mario Rocco. Lo fusiló delante de mí. Ese soldado estaba vestido, como se puede ver en la foto, de paisano, de civil. Se había quitado su uniforme militar, pero tenía pantalones que le quedaban cortos.»

 

Entonces, entró una tanqueta de la Guardia Nacional. Desde ahí tiran una granada hacia un rancho en procura de que la gente saliera. Antes de eso, «yo estaba del otro lado, y entra Mario Rocco con un bojote de policías y guardias. Los Disip estaban de civil. Me meto hacia el lado norte. Un guardia le dice a Rocco: ‘este (que estaba en el piso) es un soldado, estaba en la vaina’. ‘Ah, bueno, tráemelo para acá’, dijo Rocco.

 

Rocco me grito: vete de aquí. Incluso, me tiró un plomazo. Me retiro. Pero tenía los lentes largos (de la cámara). El tipo sabía que yo le iba a hacer la foto. Le dijo a un guardia nacional que metiera una camioneta picó para que me tapara el ángulo de visión”, precisó.

 

¿Qué distancia lo separaba de Rocco?

 

«Como media cuadra. Me resguardé en una esquina. En ese momento, entra la camioneta. Rocco le dice al muchacho que se ponga de rodillas para que no se viera. El muchacho le dice que no se va arrodillar y se para firme. Entonces, Rocco le tiró una ráfaga y lo mató.

 

Pero antes, cuando llega el tanque blindado tiran una granada al rancho. Gracias a Dios que había una mata de mango, con la que chocó y cayó fuera de la vivienda. Menos mal, porque hubiese habido una mortandad ahí”, enfatizó.

 

Explicó que, al ver eso, corrió y habló con el oficial. Le dijo que adentro había “un bojote de civiles, hasta niños en la casa”. Entonces le preguntó: “¿Cómo les vas a tirar una granada? Y el hombre contestó: “bueno, vale, ¿que quieres tú que yo haga? Yo cumplo órdenes…».

 

«Le acoté que tendría que matarme también porque adentro estaba mi compañera periodista. Le dije que trabajábamos para el diario El Carabobeño. El tipo entonces frenó su intento de lanzar la otra granada”, confesó.

 

Uno a uno

El oficial le dijo a Pérez que evacuara a todos quienes estaban allí con las manos en la nuca: “Me meto. Hablo con la gente. Mi compañera al verme me abraza. Entonces les digo que debían salir todos con las manos en la nuca. Saqué a los niños, a los viejos, a todos en fila india. Salí de nuevo y les informé a los que iban en la tanqueta.

 

Saqué a este muchacho que estaba vivo, que estaba bastante nervioso. Le digo: ‘ponte las manos en la nuca’. Él abraza a mi compañera. En ese momento ella me pidió agua. Fuimos por agua porque había entregado a todas esas personas vivas. Pero escuché un plomazo. Cuando salgo del módulo estaba Zerpa Miota muerto”, lamentó.

 

¿Estaba el disip cerca del cuerpo?

«Rocco estuvo siempre ahí. Había dos estudiantes que estaban en la camioneta picó, que son los dos primeros muertos. Tengo una foto en la que se perciben en la camioneta las manos sosteniendo sus escopetas. Esos muchachos habían empezado a correr, brincaron una cerca y quedan allí. La Disip les llegó cerquita. Me imagino que les llegaron y los remataron dentro de la camioneta. Los masacraron».

 

Pérez destacó que en estos 23 años que han pasado ha estado en el Ministerio Público, incluso, en la Asamblea Nacional. “Relaté lo que estoy relatando hoy. Llevé las fotos. Lo cierto es que hay que hacer justicia”, sentenció.

 

(CO)