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La devoción a la Divina Pastora se ha afianzado a través de los años por los milagros que se le adjudican, entre los cuales se encuentran como más representativos la sanación de la salud particularmente en los niños. 

 

Cada año más padres y madres venezolanas asisten a la procesión de la Divina Pastora, celebrada los 14 de enero en la ciudad de Barquisimeto, con sus niños vestidos de pastorcitos, como ofrenda a la Virgen por su sanación. 

 

Asimismo, en su santuario en Santa Rosa, abundan las placas que los feligreces agradecidos le dejan a la Virgen para honrar alguna promesa. Algunas de ellas dicen: 

 

«Gracias te doy Divina Pastora por haber concedido el gran milagro, cuando mi hijo, de 11 meses de edad, de nombre César David, se tragó un clavo y luego de ocho horas de angustia, gracias a tu valiosa intervención, lo expulsó sin haber tenido necesidad de operarlo».

 

«El lunes 23 de mayo en Barquisimeto, estado Lara, a las 6:00 de la tarde el niño Pedro José Rodríguez, se tragó una aguja y así angustiada hice una exclamación a la Divina Pastora, y por un milagro vino a expulsar la aguja el jueves 26 en la madrugada sin ninguna consecuencia».

 

«Damos las gracias a la Divina Pastora por el milagro que nos concedió, cuando nuestra hija se introdujo un gancho de ropa por la nariz, dándole la vuelta hasta el estómago sin dañarle ningún órgano».

 

Si bien es cierto que el milagro de la erradicación del cólera es uno de los primeros que se le adjudican a la virgen, también lo es que muchos otros le han dado fama a la patrona de Lara, haciendo de esta peregrinación la tercera más importante del mundo, después de la de Guadalupe en México y la de Fátima en Portugal. 

 

La procesión es acompañada por cantos y oraciones por parte de los feligreses, muchos de los cuales cumplen promesas vestidos de pastores y de nazarenos, mientras que otros caminan descalzos y, algunos, hasta hacen el recorrido de rodillas por los 7 kilómetros y medio desde Santa Rosa hasta la catedral. 

 

(LaIguana.TV)