El reconocido expresidente brasileño y líder de los trabajadores de su nación, Luiz Inácio Lula da Silva, denunció que hoy cumple un año de estar preso injustamente, acusado y condenado por un crimen que nunca existió, informó La Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina.

 

En un artículo con el título ¿Por qué tienen tanto miedo de Lula libre?, publicado este domingo en el diario Folha de Sao Paulo, el líder obrero escribió que “Cada día que pasé aquí (en la cárcel) hizo aumentar mi indignación, pero mantengo la fe en un juicio justo y que la verdad prevalecerá”.

 

Enfatizó Lula en que puede dormir con la conciencia tranquila de su inocencia, pero duda “que tengan sueño leve los que me condenaron en una farsa judicial”.

 

Recordó la agencia periodística que, desde el 7 de abril de 2018, el exdirigente obrero permanece encarcelado en la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba, capital del sureño estado de Paraná, tras recibir una sanción de 12 años y un mes impuesta por el Tribunal Regional Federal de la cuarta región (TRF-4) por supuestos actos de corrupción.

 

Igualmente hizo referencia la información procesada que, el exgobernante fue objeto en febrero de una segunda condena en la operación anticorrupción Lava Jato, esta vez a 12 años y 11 meses. La responsable de la sentencia fue la jueza Gabriela Hardt, quien sustituye de forma interina al exmagistrado Moro, actual ministro de Justicia y Seguridad Pública.

 

Pese a ello, al expresidente Lula, lo que más le angustia, “es lo que pasa el Brasil y el sufrimiento de nuestro pueblo. Para imponer un juicio de excepción, rompieron los límites de la ley y de la Constitución, debilitando la democracia”.

 

De igual manera apuntó que “los derechos del pueblo y de la ciudadanía han sido revocados, mientras imponen el reajuste de los salarios, la precarización del empleo y el alza del costo de vida. Entregamos la soberanía nacional, nuestras riquezas, nuestras empresas y hasta nuestro territorio para satisfacer intereses extranjeros”.

 

El dirigente obrero remarcó que está claro que su condena “fue parte de un movimiento político a partir de la reelección de la presidenta Dilma Rousseff en 2014”.

 

Refirió Lula que, derrotada en las urnas por cuarta vez consecutiva, la oposición eligió el camino del golpe para volver al poder, retomando el vicio autoritario de las clases dominantes brasileñas.

 

Apunto igualmente que “el golpe del impeachment (proceso de destitución) sin crimen de responsabilidad fue contra el modelo de desarrollo con inclusión social que el país venía construyendo desde 2003”.

 

En su artículo, enumeró que en 12 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) “creamos 20 millones de empleos, sacamos a 32 millones de personas de la miseria, multiplicamos el PIB (Producto Interno Bruto) por cinco. Abrimos la universidad para millones de excluidos. Vencimos el hambre”.

 

Se fue a los detalles y dijo que aquel modelo era y es intolerable para una capa privilegiada y preconcebida de la sociedad, y “el impeachment vino para traer de vuelta el neoliberalismo, en versión aún más radical”.

 

Recordó Lula que a principios de 2018 las encuestas señalaban que vencería en las elecciones en primera vuelta y “era necesario impedir mi candidatura a toda costa”.

 

Más adelante explicó que la operación anticorrupción Lava Jato, que fue telón de fondo en el golpe del impeachment, atropelló plazos y prerrogativas de la defensa para condenarme antes de las elecciones.

 

Luego, soltó la opinión de que “nada han encontrado para incriminarme: ni conversaciones de bandidos, ni maletas de dinero, ni cuentas en el exterior. A pesar de todo, fui condenado en un plazo récord, por Sérgio Moro y el TRF-4, por actos indeterminados”.

 

Así, el exjefe de Estado (2003-2011) preguntó: “¿Por qué tienen tanto miedo de Lula libre, si ya alcanzaron el objetivo que era impedir mi elección, si no hay nada que sostenga esa prisión?”.

 

Finalmente, Lula respondió que “en realidad, lo que temen es la organización del pueblo que se identifica con nuestro proyecto de país. Ellos saben que mi liberación es parte importante de la reanudación de la democracia en Brasil. Pero son incapaces de convivir con el proceso democrático”.

 

(AVN)