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Un hombre, a quien llamaremos Roberto, hoy de 50 años de edad, confesó recientemente que a los 12 años de edad su inocencia infantil se terminó cuando perdió su virginidad en manos de la persona en quien más confiaba: su madre. Su adolescencia se volvió un tormento en vez de ser una etapa llena de aprendizaje.

 
Todo comenzó cuando Roberto había caído en cama por una enfermedad.

Roberto describió a su madre como “mentalmente enferma” y el día en que tuvo relaciones con él ha sido muy difícil de olvidar por el gran dolor e impacto que le acarrearía para el resto de su vida.

Ese día, Roberto se encontraba enfermo y su mamá se recostó con él en su cama. Después, lo comenzó a tocar. Expresa que su madre se aprovechó de que la pubertad estaba cerca para hacerlo sentir “muy importante y especial”.

 

El niño pensó que eso debía ocurrir para crecer.

Vivían en una zona adinerada y estudiaba en una escuela privada pero eso no significaba nada detrás de la puerta y pasaba a estar en segundo plano cuando la madre se encerraba con su hijo para tener relaciones sexuales.

 

Roberto sufrió abusos físicos y mentales que lo marcaron de por vida. Su madre lo advirtió de no decir nada porque nadie lo entendería.

Los abusos se detuvieron a los 15 años, sólo cuando su madre murió. Reprimió los traumáticos recuerdos de su infancia, se mudó, se enamoró y se casó a principios de los 90.

Durante 20 años, le guardó a su esposa el secreto del abuso, hasta que una historia apareció en las noticias y los recuerdos le llegaron de golpe. Por desgracia, cuando le contó la verdad a su esposa, su matrimonio se fracturó.

 

La pareja se divorció y Roberto sigue viviendo con el trauma que lo marcaría de por vida.

 

(Upsocl)