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Fue en la Cumbre climática que tuvo lugar en París que se llevó en junio del año pasado que Obama hizo gala de una desconcertante descortesía con los presidentes Rafael Correa del Ecuador y con el presidentede Bolivia Evo Morales, al ignorarlos y evitar estrecharles la mano como lo hizo con el resto de los asistentes; tal como se observa en las imágenes pasa de largo cuando está próximo acercarse a ambos, después de saludar al resto. Es más el propio vicepresidente argentino Amado Voduo, se lo ve comentar entre risas la anecdótica actitud de saludar a todos los presidentes, y no hacerlo con los otros dos.

 

Desde luego que un saludo más o un saludo menos, no debería ser un asunto de Estado, pero no deja de mostrar que cuando Obama permite que su hija Malia vaya a Bolivia, el país del cual Evo Morales es el presidente, ya empieza a cambiar la percepción que se tiene, toda vez que siendo Evo el presidente -más allá de los posición política que se tenga- no es como para que a pesar del alarde de arrogancia que tuvo aquella vez, mande al país -del cual el Evo es la máxima autoridad- a su primogénita, para que cumpla con los requisitos del año sabático de los protestantes norteamericanos.

 

Y es que la arrogante actitud de Obama de no haber saludado al presidente, lo que muestra, lo que se confirma es que lo que ya el presidente Evo le dijo a Obama: “No puedo entender que un discriminado discrimine”, debido al retiro de las preferencias arancelarias que tiene los EE.UU., para los países que exportan textiles, y otras manufacturas, pero que a Bolivia le puso un veto. Y claro la pregunta es; ¿qué tal si el presidente Evo Morales hubiera vetado la presencia de Malia, la hija mayor de Obama, como lo hizo él con los textiles bolivianos?

 

Claro que los hijos no tienen por qué responder por los actos de los padres, y por ello es que a su primogénita se la recibió como se recibe a todo extranjero, permitiéndosele que desarrollara sus actividades con absoluta normalidad, como ha debido hacerlo durante el mes y medio que permaneció en el país, pues Bolivia no es un país ni de resentidos, ni de discriminadores, como es el trato que displicentemente le dispensó Obama tanto al presidente, como al propio pueblo boliviano, negándole las preferencias arancelarias, que gracias al gobierno no se les vino el mundo abajo, y en todo caso Bolivia tiene una economía sólida.

 

(Aporrea/Rolando Prudencio Briancon)

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