El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha asegurado que EE.UU. falló en sus intentos de conseguir un cambio de Gobierno en Venezuela, pero subrayó que el país norteamericano continúa tratando forzar la salida de Nicolás Maduro.

 

«El Blitzkrieg [guerra relámpago, en alemán] para un cambio de régimen no se ha logrado, pero [EE.UU.] no abandona sus objetivos de derrocar al presidente legítimo [de Venezuela]», aseveró Lavrov este sábado, reiterando que Washington «abiertamente interfiere en los asuntos de otros Estados».

 

El canciller ha basado sus declaraciones en el pronunciamiento realizado un día antes por el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en el que el diplomático acusó a Rusia de «intervenir» en Venezuela y recordó que la opción militar de EE.UU. sigue sobre la mesa.

 

En este sentido, EE.UU. ha vuelto a su infame doctrina de ‘América para los americanos’ para acabar con el colonialismo europeo en Latinoamérica, sostiene Lavrov.

 

«Los estadounidenses incluso han desempolvado la notoria doctrina Monroe: amenazan con que los siguientes en la cola serán Cuba y Nicaragua, como si no entendieran que de esta manera se posicionan en contra de la paz latinoamericana, y no solo de la latinoamericana», aseveró el diplomático, describiendo esta conducta como «inaceptable».

 

En esta misma línea, según el jefe de la diplomacia rusa, se cataloga el «desmoronamiento» de toda la base sobre la que yacía la normalización de la situación en Oriente Medio, que fue aprobada en el Consejo de Seguridad de la ONU, se convirtió en parte del derecho internacional pero se ha topado de frente con las políticas unilaterales de Washington.

 

«Es evidente la intención de EE.UU. y sus aliados más cercanos de crear de una realidad internacional paralela, en la que ellos mismos establecerían las reglas y dirigirían los tribunales», aseveró Lavrov.

 

Horas atrás, la Corte Penal Internacional se negó a investigar la solicitud de su fiscal, Fatou Bensouda, de investigar las denuncias de atrocidades cometidas por EE.UU. en Afganistán. El presidente Donald Trump aplaudió la decisión luego de que su Administración revocara el visado de Bensouda y amenazara con sancionar a cualquier involucrado con investigaciones sobre estadounidenses.

 

(RT)