Casi tres meses después de la autoproclamación presidencial de Juan Guaidó, el 23 de enero, Nicolás Maduro sigue siendo el presidente de facto de Venezuela.

 

Luego de una reunión puerta cerrada el pasado 10 de abril en Washington convocada por el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, con la presencia de representantes actuales y anteriores del Departamento de Estado, del Consejo Nacional de Inteligencia y del Consejo de Seguridad Nacional, así como el almirante Kurt Tidd, excomandante del comando sur militar de Estados Unidos bajo el título: «Evaluación del uso de la fuerza militar en Venezuela», reseñó el diario español La Vanguardia.com.

 

«No es posible una invasión, pero algo de baja intensidad, «como un bloqueo naval», tal vez serviría para salir de esta situación de tablas», dijo en una entrevista telefónica Fernando Cutz, un especialista en Venezuela del Cohen Group que asistió a la reunión en Washington. «Sólo sería factible si hay apoyo de otros países», añadió Cutz, que asesoró a Trump al inicio de la operación de cambio de régimen.

 

Pero ninguno de los países latinoamericanos del grupo de Lima, ni Colombia, es partidario del uso de fuerzas militares. Es más, los líderes del Congreso estadounidense se han mostrado en contra de una acción militar. El interés político de la Administración Trump en Venezuela, mientras tanto, parece haber tocado techo. El número de tuits que producen los cuatro artífices de la operación venezolana –Mike Pence, John Bolton, Marco Rubio y Mike Pompeo– ha caído de 153 por semana en enero-febrero a sólo 34 en la actualidad.

 

(Agencias)