El exembajador de los Estados Unidos (EEUU) en Venezuela y Colombia, William Brownfield, confirmó que los «cibercomandos» encargados de realizar ataques cibernéticos -como los que se ejecutaron contra el Sistema Eléctrico venezolano en la Central Hidroeléctrica El Guri, en el estado Bolívar- forman parte de «la opción militar» que tanto vocifera Washington que tiene «sobre la mesa» para ir contra el país suramericano.

 

«No debemos pensar como en el siglo pasado. No es 1935. La opción militar no necesariamente son 20 mil marines llegando a Maiquetía y marchando hacia Miraflores. En el siglo XXI la opción militar tiene muchos significados», dijo Brownfield entrevistado en el programa Código 58 que transmite la televisora miamera TVVenezuela.

 

Al respecto, el diplomático estadounidense detalló que en el Departamento de Defensa hay un ciber-comando, y que eso también es una opción militar, detalla el portal albertonews.com.

 

Agregó que los cibercomandos son herramientas de guerra con la misma proporción que los buques de guerra «para defender, monitorear y si es necesario cortar el comercio marítimo en violación de sanciones internacionales».

 

Acotó que si Juan Guaidó resultara detenido por las autoridades venezolanas debido a sus reiteradas violaciones a la legislación venezolana y la comisión de delitos contra la patria, el gobierno de EEUU debe cumplir con sus amenazas.

 

«Es absolutamente esencial que el Gobierno de EEUU cumpla» con la advertencia de que habrá consecuencias, dijo. Y acotó que aún EEUU guarda «esperanzas» que los militares y policías venezolanos se unan a Juan Guaidó en su plan golpista, tal y como lo hizo Hugo Carvaja, detenido en EEUU por presuntos nexos con el narcotráfico.

 

¿Quién es William Brownfiel?

 

William Brownfield ha sido uno de los principales actores de la conspiración contra Venezuela. Ha participado de manera continuada en los distintos planes sediciosos contra los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Además fue uno de los que comenzó a vociferar la teoría que intenta generar una matriz de opinión de que Venezuela es un «Narco Estado» y en reiteradas ocasiones ha llamado a «acelerar el colapso del país» a través de la presión multiforme que le impone EEUU al país bolivariano.

 

En abril de 2013 WikiLeaks reveló una serie de documentos que confirmaron las “estrategias antichavistas” de EEUU en Venezuela y que protagonizaba Brownfield.

 

El portal que fundó Julian Assange -actual perseguido político del Reino Unido, Estados Unidos y Ecuador- mostró una estrategia de cinco pasos implementada por Washington con la pretensión de debilitar y destruir el “chavismo” en Venezuela, teniendo a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por su sigla en inglés) como principal punto de enlace con las expresiones desestabilizadoras en el país suramericano.

 

El exembajador norteamericano en Caracas William Brownfield (2004-2007) envió un mensaje a la Casa Blanca en el año 2006, dando detalles de los resultados obtenidos por su “estrategia antichavista” tras el golpe de Estado del 2002 y el referendo revocatorio del 2004.

 

Precisó que entre 2004 y 2006, la Usaid donó unos 15 millones de dólares a más de 300 organizaciones no gubernamentales (ONG) en Venezuela y les ofreció “apoyo técnico y de capacitación”, a través de su Oficina de Iniciativas de Transición (OTI), para desestabilizar.

 

Dividir al chavismo, socavar la credibilidad internacional y confundir a los venezolanos

 

El texto expone que eran cinco los objetivos de aquella estrategia: “fortalecer las instituciones democráticas, penetrar en la base política de Hugo Chávez, dividir el chavismo, proteger los negocios vitales de EE.UU. y aislar a Chávez internacionalmente”.

 

Asimismo, Wikileaks revela que la Usaid pretendía llevar a hasta la Corte Internacional de La Haya supuestas violaciones de los derechos humanos en Venezuela, para así socavar la credibilidad internacional del Gobierno de Chávez.

 

En ese sentido el texto cita a organizaciones como Observatorio Venezolano de Prisiones y Human Rights Lawyers Network in Bolivar State (Red de Abogados por los Derechos Humanos), entre otras que hacen vida en Venezuela.

 

Brownfield también explicaba que millones de venezolanos se sentían incluidos con la ideología democrática de Chávez, motivo por el cual hicieron planes para atraer a miles de venezolanos a un “programa de educación cívica” denominado Democracia Entre Nosotros.

 

Por otro lado, la Usaid también abogaba por “confundir tanto a los venezolanos como a los extranjeros”. Para ello, gastó más de un millón de dólares en la organización de cientos de foros, cuyo único objetivo era reunir a activistas opositores a Chávez para que ”interactuaran con chavistas y así provocar el efecto de alejarlos lentamente del chavismo”.

 

Adicionalmente, la embajada de EE.UU. organizó una serie de visitas de Brownfield a “zonas pobres del país” para demostrar “la preocupación del Gobierno de EE.UU. con el pueblo venezolano”.

 

El documento sostiene que la finalidad era “confundir” a la población y retrasar el “intento de Chávez de utilizar a EE.UU. como un enemigo unificador”.

 

La OTI también invitaba a “profesores universitarios, ONG y líderes políticos” internacionales de otros países a participar en sus eventos, para que al volver a sus países “se convirtieran en aliados de la oposición venezolana” en el extranjero.

 

Planes de este tipo han sido constantemente revelados, con el pasar d ellos años, por activistas estadounidenses que valoran la gestión del Gobierno Bolivariano. Con base en esas informaciones, en 2010 la Asamblea Nacional de Venezuela aprobó una ley que prohibía el financiamiento externo para fines políticos en el país, legislación que llevó al cierre de la OTI.

 

Posterior a esa publicación, Wikileaks también reveló correos y documentos de los planes de EEUU para sabotear el servicio eléctrico en Venezuela.

 

(LaIguana.TV)