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El joven francés Maxime Sirugue era un adicto a la fotografía, las alturas y las redes sociales. Combinaba sus pasiones con la práctica del urban climbing (escalada urbana) en edificios, monumentos, estadios, torres y cúpulas de su ciudad natal de Lyon. Allí, cerca de las nubes y sin protección, sacaba fotos del paisaje y se retrataba para sus fans, que lo conocían como «siirvgve» y lo seguían de a miles en Instagram y Twitter.

 

Maxime siempre buscaba un lugar nuevo, más alto, más extremo, para trepar, sacar una foto y sorprender a sus seguidores.

 

En eso estaba el 12 de enero pasado, en un puente cerca del museo Confluences, cuando cayó desde las alturas y murió.

 

En un reportaje que había dado el mes pasado, había contado como surgió su pasión: «Un día me encontré con una historia acerca de los exploradores urbanos de Nueva York, que estaban tomando fotografías de la cara oculta de la ciudad, de zonas subterráneas de los edificios más altos. De inmediato pensé que era una idea genial poder documentar los lugares urbanos desconocidos por el público y desde entonces trato de hacer lo mismo con Lyon, desde hace dos años».

 

Quedan sus fotos.

 

(Infobae)