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Juan Pablo Escobar, hijo del reconocido narcotraficante colombiano Pablo Escobar, lamentó que series cuya temática gira en torno al narcotráfico promuevan la idea de que la imagen de su padre “es digna de imitar o un superhéroe”.

 

En ese sentido, manifestó que le gustaría tener la oportunidad de contar “con seriedad” la vida de su padre; y fue enfático al asegurar que lo hecho por Escobar “no es una historia digna de ser imitada”.

 

A pesar de las interpretaciones que se hagan de la vida del narcotraficante más recordado, reconoce que “estadísticamente Pablo Escobar nunca había sido tan famoso como ahora gracias a la publicidad de estas series”.

 

Entrevistado en el programa de Shirley Varnagy, el hijo de Escobar presentó además “Infraganti”, un libro en que relata sus recuerdos y vivencias, y que asegura se resume en la dedicatoria de su libro: “le agradezco el haberme mostrado el camino que no hay que recorrer”.

 

Durante una hora conversó también de cómo era Escobar como padre, de quien recuerda en casa lo educó amor. Paradójicamente, admite que “era un buen padre dentro del hogar, inculcaba buenos valores, aunque fuera de la casa no los practicaba”.

 

Comentó al respecto que “mi padre era muy ambicioso y decidió no respetar los valores humanos para obtener lo que nunca tuvo en la vida”.

 

Paz en desigualdad

 

Aparte de la vida ostentosa que les aseguraba el poder que tenía Escobar, su hijo asegura que fue crítico de su violencia. “No esperé que muriera para decírselo”.

 

Una vez que murió el narcotraficante, reconoce que la familia tuvo que hacer acuerdos de paz con la totalidad de los cárteles del país en “condiciones de desigualdad”. Al punto de repartir las propiedades de Escobar entre los líderes del narco para que les “respetaran la vida”.

 

En ese sentido, asegura que entendieron que “la paz a cualquier precio es barata”. En una comparación al proceso que vive su país de origen con el acuerdo con las Farc, el hijo de Escobar considera que “los que dicen no a la paz en Colombia quieren perpetuarlo en la guerra”.

 

Lamentó que en los comicios en que se consultó al pueblo colombiano sobre el acuerdo de paz con las Farc, ganara el abstencionismo y que “50 mil colombianos decidieron que debíamos seguir matándonos”

 

Celebró que el congreso de su país haya refrendado parte del acuerdo, con cambios sugeridos por partidarios del “no”. Sin embargo recalcó: “el pueblo que no este dispuesto a perdonar, se condena a una guerra eterna (…) No estoy proponiendo que se olvide, sino que perdonemos para que podamos avanzar como sociedad”.

 

En el caso de su familia, destacó que fue la voluntad entre las partes la que garantizó la paz: “no hubo ni presidentes, ni mesas en La Habana. Dijimos aquí no va a haber mas muertos”.

 

(NAD)