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Cuando Zoe Butler abrió la lata de atún que pensaba comer notó una bolita púrpura, algo transparente, como un pequeño saco intestinal. Entonces la bolita se dio vuelta y la enfrentó con sus dos ojos.

A continuación la mujer inglesa hizo lo que muchos: soltar el tenedor, emitir un grito y dar un salto atrás. Luego, más repuesta, publicó fotos del contenido de la lata marca Princes, que han empezado a circular en internet bajo el hashtag #tunagate (escándalo del atún).

“Sólo quiero saber qué es y asegurarme de que no le suceda a alguien más”, dijo Butler, de 28 años, al diario británico The Telegraph. “¡No buscaba una indemnización y no quiero suministros de atún para toda la vida!”. La mujer compró la lata en un supermercado Asda en Arnold, un suburbio de Nottingham donde reside.

¿Qué es la misteriosa criatura?

El doctor Hany Elsheikha, profesor asociado de parasitología veterinaria de la Universidad de Nottingham, cree que podría ser algún tipo de cangrejo juvenil. Otros especularon que podría tratarse del feto de un pez globo, un renacuajo, un copépodo o la cabeza de una tortuga de caparazón blando.

Pero tras examinar la foto, un experto del Museo de Historia Natural de Londres considera que es algo muy diferente.

“Por lo que puedo ver yo apoyaría la teoría de que es una cabeza de un piojo come-lenguas, Cymothoa exigua, o algo similar”, dijo Stuart Hine, gerente de Identificación y Servicio de Asesoramiento del museo. “Creo que estos están asociados a peces más pequeños que el atún y a peces que comen atún”.

El Cymothoa exigua es un tipo de crustáceo llamado isópodo que ataca solamente a ciertos peces. Para sobrevivir, se come la lengua de su huésped y ocupa su lugar dentro de la boca. Allí vive indefinidamente chupando la sangre del pez y haciendo las funciones de su lengua, mientras que el pez parasitado sobrevive en buen estado de salud. Este es el único caso conocido de un parásito, también llamado piojo, que sustituye funcionalmente el órgano de su huésped. La buena noticia es que no ataca a los seres humanos. Y el que vio Butler ya estaba muerto.

Un portavoz de Princes, fabricante de la lata, dijo que la compañía contactó a la señora Butler de inmediato para pedirle disculpas. “Estamos organizando para que ella nos envíe el producto a fin de que podamos analizar este asunto en su totalidad”.

Por su parte, una portavoz de los supermercados Asda dijo que estaban a la espera del resultado de la investigación.

Aunque la foto del #tunagate ha circulado ampliamente, Butler no se la quiere mostrar a sus hijos. “No se las he enseñado porque pueden dejar de comer atún”, confesó.

 

(Agencias)

 

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