Khalid Shaikh Mohammad, uno de los supuestos autores de los atentados del 11 de septiembre de 2001, acusó al Gobierno estadounidense de llevar a cabo «políticas destructivas respecto al mundo islámico» y constató que los ataques terroristas en Washington y Nueva York «estuvieron acordes a todas las leyes universales y fueron una reacción natural».

 

«No fuimos nosotros los que empezamos la guerra en su contra el 11-S, sino EE.UU. y sus dictadores en nuestra tierra», reza la carta.

 

La carta de Mohammad, escrita para el expresidente de EE.UU. Barack Obama entre 2014 y 2015, cuando su autor se encontraba preso en la cárcel de Guantánamo, ha sido publicada por ‘The Miami Herald’ y su contenido ha sido difundido por distintos medios estadounidenses. Sin embargo, el mensaje de 18 páginas para «la cabeza de la serpiente» o el presidente del «país de la opresión y la tiranía» no fue remitido a su destinatario hasta que en Guantánamo recibieron una orden judicial de enviar la carta días antes de que Obama dejara el cargo.

 

Se trata de uno de los cinco hombres procesados en el marco de los atentados del 11-S. En el caso de ser declarado culpable de haber participado en la preparación de los ataques terroristas, Mohammad podría ser condenado a la pena de muerte. Pasó 3,5 años en una red de cárceles secretas de la CIA, donde fue torturado con el método ‘submarino’ 183 veces y estuvo expuesto a técnicas brutales de interrogación.

 

«Puede volver a haber un 11-S en el futuro»

 

De acuerdo con el abogado del reo, David Nevin, la redacción de la carta estuvo motivada por la violencia en la Franja de Gaza y los territorios palestinos ocupados en 2014, algo que explica el odio que rezuma la misiva no solo hacia las autoridades de EE.UU. sino también hacia los «judíos ocupantes». A la vez, el autor está convencido de que sus atrocidades están aprobadas por el Dios de los musulmanes, Alá.

 

«Los crímenes de Guerra perpetrados en Palestina desde 1948 y aquellos que están teniendo lugar ahora en Gaza son el más claro indicativo de por qué sucedió el 11-S y por qué puede volver a ocurrir en futuro», afirma Mohammad.

 

«Sus manos todavía están manchadas con la sangre de nuestros hermanos, hermanas y niños muertos en Gaza», escribe uno de los supuestos autores del 11-S a Obama. Mohammad menciona también «la sangre de los inocentes a los que han matado en ataques con drones en Waziristán, Yemen, Irak, Libia, Afganistán y Somalia entre otras partes del mundo, o de aquellos a los que su ejército mató en Afganistán e Irak».

 

«Alá nos ayudó»

 

Mohammed afirma en la misiva estar contento si ha de permanecer «solo en su habitación adorando al Dios de los musulmanes hasta el final de su vida», aunque reconoce que estaría «aún más feliz de reunirse con Alá» o de «ver al jeque Osama bin Laden» en el caso de ser ejecutado.

 

El terrorista se manifiesta seguro de que el propio Alá les «ayudó a llevar a cabo el 11-S, destruir la economía capitalista, pillarlos con los pantalones bajados y poner al descubierto toda la hipocresía de su pretensión duradera de democracia y libertad».

 

«Mandatarios occidentales tienen que ser maquiavélicos y mentirosos consumados»

 

La carta arremete contra todos los mandatarios de países occidentales, afirmando que su «rasgo principal» es que «tienen que ser presidentes maquiavélicos y mentirosos consumados y profesionales». En concreto, acusa al presidente de EE.UU. de «olvidar sus promesas y valores fundamentales» para «matar a sus enemigos sin juicio y tirar sus cuerpos al mar», «detener a la gente sin ser acusada de nada» y defender las torturas.

 

«Si quieren entender a los musulmanes vayan a Gaza y dejen de ver cadenas de EE.UU. e Israel»

 

La misiva insta a aquellos «que quieren saber por qué los muyahidines odian a EE.UU. e Israel y las razones de que «haya enemistad en los corazones de los musulmanes contra EE.UU.» a buscar la respuesta en Gaza. La otra opción, afirma Mohammed, es que vean medios de comunicación «imparciales», evitando «Fox, CNN, BBC u otras cadenas estadounidenses o proisraelíes», a las que acusa de ser «expertas» en la distorsión de los hechos, «el lavado de cerebro» y mentir.

 

(RT)

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