Casi 700 dirigentes sociales, integrantes de Juntas de Acción Comunal y campesinos fueron asesinados en 2018 en Colombia, mientras que 1.151 fueron amenazados y 22 desaparecidos, reveló el jesuita Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep) en un informe.

 

«La violencia política en 2018 dejó —por lo menos— 648 muertos, 48 atentados, 1.151 personas amenazadas, 304 heridos, 66 torturados, 3 víctimas de violencia sexual, 22 desaparecidos y 243 detenidas de forma arbitraria (falsos positivos judiciales)», señaló el Cinep en su informe «Violencia camuflada, la base social en riesgo».

 

La mayor violación de derechos humanos en lo que va del año se dio en el departamento del Valle del Cauca (suroeste), con 224 víctimas, seguido del Cauca (suroeste), con 182, y Santander (nordeste), con 180 casos.

 

«El principal método de victimización fue la amenaza, con 122 víctimas en Valle del Cauca y 117 en Cauca», agregó el informe.

 

En 2018, a diferencia de años anteriores, buena parte los responsables de los asesinatos y amenazas no se identificaron como procedentes de miembros de algún grupo armado ilegal.

 

Este hecho, señaló Cinep, conlleva la vinculación de las muertes con «robos, atracos (…) líos pasionales o problemas de vecindario» con el objetivo de desviar las investigaciones y así ocultar la situación real de violación de derechos humanos que afronta el país.

 

La organización también destacó el alto nivel de impunidad de las muertes violentas.

 

Los casos contabilizados por el Cinep contrastan con los registros de la oficina de la Organización de las Naciones Unidas en Colombia, que denunció 157 asesinatos de líderes sociales desde la firma del acuerdo de paz, en noviembre de 2016.

 

(YVKE Mundial/Spusputnik)