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«¡No al», sí a la justicia justa!» Con este llamamiento el exmandatario peruano Alejandro Toledo, incluido por las autoridades de su país en la lista de las personas más buscadas, ha roto el silencio para aclarar la situación actual acerca de su caso y desmentir que se encuentra fugado para evadir la justicia.

 

En un comunicado publicado en su cuenta de Twitter ha instado a que no lo «prejuzguen culpable» y que, al igual que todos, tiene derecho a la presunción de inocencia. Toledo expresa su preocupación por lo que considera una politización del proceso en su contra e indica que el juzgado de Lima no solicitó su testimonio y lo acusó «directamente» de delitos que «no puede comprobar», y que el expresidente niega haber cometido.

 

«Voy a defenderme y nunca me rendiré a una ‘cacería de brujas’ políticamente motivada», asegura Toledo, quien al mismo tiempo expresa su disposición a colaborar «con una justicia pero que sea justa y dentro del Estado de derecho».

 

En lo que concierne a su presunta fuga, la tacha de una «distorsión maquiavélicamente política» y aclara en su cuenta de Facebook que después de las fiestas navideñas de diciembre de 2016, cuando estaba en Perú, regresó a EE.UU. para continuar con sus «labores y cumplir con compromisos académicos y profesionales asumidos con antelación», ya que trabaja en la Universidad de Stanford, California, hecho que es «de público conocimiento».

 

Las pesquisas en el caso de la constructora brasileña Odebrecht apuntan a que el exmandatario peruano recibió unos 20 millones de dólares por conceder a la compañía la adjudicación de una carretera.

 

(RT)