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Al menos 10 personas murieron y 71 resultaron heridas en un atentado suicida este lunes, ejecutado por los talibanes en Lahore, ciudad del este de Pakistán, informaron fuentes hospitalarias locales a AFP.

 

La explosión se produjo mientras centenares de químicos farmacéuticos protestaban por una nueva ley en las cercanías del edificio de la Asamblea provincial (legislativa) de Punjab, dijo a AFP Rana Sanaullá, ministro de Justicia local.

 

La policía acordonó el área alrededor de Mall Road, una de las principales arterias de la ciudad, en tanto muchos de los presentes huían por temor a que se produjera una segunda explosión.

Los medios de comunicación locales mostraron estas imágenes, así como las de numerosos heridos que yacían en el lugar.

 

«La explosión fue muy potente. Vi a decenas de heridos y varios cadáveres, así como llamas en los lugares alrededor de donde se produjo la explosión, y a mucha gente llorando,» dijo Muhamad Tariq, un testigo presencial.

 

Una responsable de los servicios de socorro, Deeba Shahnaz, señaló que hubo 10 muertos y al menos 71 heridos que fueron trasladados a hospitales de la ciudad, un segundo balance que fue confirmado por fuentes médicas (el primero mencionaba 60 heridos).

 

«Parece que se trata de un atentado suicida», estimó un alto responsable de la policía, Amin Wains, y añadió que el objetivo de los atacantes podrían haber sido los policías desplegados para controlar el cauce de la manifestación.

 

«La policía en el lugar me informó de que se trataba de un atentado suicida», dijo por su parte Sanaullá.

 

Reivindicación de los talibanes

 

La facción Jamaat ul Ahrar de los talibanes paquistaníes reivindicó rápidamente el atentado, ocurrido tres días después de que en un mensaje en video anunciara su intención de atacar objetivos gubernamentales en todo el país.

 

Un portavoz del grupo advirtió en un comunicado que el atentado de este lunes solamente fue «un comienzo».

 

Lahore, considerada la capital cultural del país, sufrió uno de los ataques más mortíferos perpetrados en Pakistán en 2016, cuando un kamikaze talibán se hizo explotar en un parque, matando a 70 personas, entre las que había varios niños.

 

Los atentados han sido poco frecuentes en esta dinámica ciudad. De manera general, la violencia extremista ha disminuido en Pakistán en los dos últimos años.

 

A finales de enero, un atentado también reivindicado por los talibanes golpeó con dureza un mercado en una zona tribal de población mayoritariamente chií fronteriza con Afganistán, en el que murieron 24 personas. Este fue el primer ataque de amplitud en 2017.

 

Los fanáticos del criquet, deporte nacional, inmediatamente manifestaron en las redes sociales su temor porque el atentado de este lunes provocase la anulación de la final de la Super League paquistaní, un encuentro muy esperado que debe jugarse en Lahore.

 

Esta competición creada el año pasado actualmente se disputa en Emiratos Árabes Unidos a causa de los temores por la seguridad, pero los organizadores esperaban que la final pudiera tener lugar en Lahore, donde el críquet es el deporte rey.

 

(AFP)