El expresidente Luis Inácio Lula da Silva, quien permanece en prisión desde hace más de un año, está convencido que los problemas que hoy enfrenta Brasil solo se resolverán cuando el país vuelva a ser soberano.

 

Así lo afirmó el reconocido economista y abogado Luiz Carlos Bresser-Pereira, quien por primera visitó al exdirigente obrero acompañado del excanciller Celso Amorim, en la sede de la Policía Federal de Curitiba, capital del sureño estado de Paraná.

 

Para el exsindicalista está claro que el país ‘necesita una unión mayor, porque la sociedad está siendo violentamente atacada por un Gobierno (el de Jair Bolsonaro) que no respeta a la nación brasileña’, dijo Bresser-Pereira a miembros de la Vigilia Lula Libre.

 

Refirió que para el exmandatario soberanía no es solo una idea de desarrollo económico, sino resulta ‘necesario defender la salud, educación, América Latina y el Mercosur (Mercado Común del Sur)’.

 

Además de la política exterior, hacer que el país vuelva a ser soberano es, en la visión de Lula, quien todavía alimenta respeto y admiración en todo el mundo, tener el control sobre las decisiones que la nación debe adoptar para favorecer a su propio pueblo, señaló el también profesor de la Fundación Getúlio Vargas.

 

‘Lo vi hablando con una firmeza y una disposición impresionantes. Una disposición, incluso, física. Él está realmente a todo vapor. Brasil necesita líderes como él’, indicó Bresser-Pereira. Subrayó que ‘Lula es el mayor líder que hemos tenido después del Getúlio Vargas y está a disposición de los brasileños. Pero él recuerda que quiere salir de aquí (Curitiba) con su honor absolutamente limpio, en lo que tiene toda razón’.

 

En similar sentido se manifestó Amorim, quien aseguró que el expresidente hizo que ‘Brasil fuera reconocido allá afuera’, en referencia a los años de oro de la diplomacia nacional durante su gobierno (2003-2011).

 

‘Al mismo tiempo que se dedica a dejar claro su inocencia, Lula pasa buena parte del tiempo preocupado por el país. Él tiene muy claro la idea de que el problema está en la cuestión de la soberanía’, reiteró el exministro de Relaciones Exteriores (2003-2010).

 

Por eso, añadió, el fundador del Partido de los Trabajadores ‘se preocupa mucho de la educación, que está siendo atacada de manera brutal’.

 

Desde el 7 de abril de 2018, Lula permanece en prisión por supuestamente haber recibido un lujoso apartamento triplex en la ciudad de Guarujá, en el litoral de Sao Paulo, de la constructora OAS, a cambio de favorecer a la compañía en contratos con la petrolera estatal Petrobras.

 

En febrero, recibió otra condena por las reparaciones que las constructoras OAS y Odebrecht hicieron en una propiedad rural atribuida al expresidente en Atibaia, Sao Paulo, como pago a presuntos favores políticos.

 

Ante las acusaciones, el expresidente insiste en que resulta víctima de una verdadera persecución política y que luchará hasta el final por su dignidad.

 

(Prensa Latina)