Las dificultades para abastecerse de gasolina se viven con mayor crudeza en el municipio fronterizo Machiques de Perijá, en el estado Zulia. Hasta 12 días continuos en cola pasan sus habitantes para llenar sus tanques con el preciado combustible: más de 280 horas de espera desgranadas entre escaso despacho, irregularidades en la venta a los usuarios y la desatención de los cuerpos militares y de seguridad, según denunciaron los machiquenses.

 

En promedio, los usuarios pueden pasar entre 7 y 9 días intentando echar gasolina. Sin embargo, cuando recrudecen los problemas en el despacho, pasan hasta 12 días en largas colas para surtirse. “Esto es una lucha diaria. A veces dejamos hasta los carros o dormimos en ellos esperando al día siguiente”, relató un comerciante de la zona.

 

Pero en medio del colapso que muestran las estaciones de servicio, con inmensas hileras desde tempranas horas de la mañana, en las que se ven los mismos automóviles del día anterior, omitir esta agónica espera en las “bombas” puede tener varios precios.

 

En moneda nacional, unos 100.000 bolívares en efectivo es la suma requerida para pasar de inmediato y llenar pimpinas, mientras que en pesos colombianos la cantidad se ubica entre  80.000 y 100.000, reclamaron los usuarios. También este pago ilícito es cotizado en 20 o 25 dólares.

 

“Esto se ha convertido en un negocio redondo, el que tenga dinero pasa. Los guardias llegan y se llevan el combustible que quieran, entonces después hay que pagarles a ellos si no quieres hacer la cola. Aquí esto lo controla los militares del Ejército. Si visita el comando Batallón 121 de Infantería “Venezuela”, se encuentra con que venden 200 litros de gasolina por 100.000 pesos”, reclamó Eugenio Veliz, conductor de la zona fronteriza, quien señaló que “hasta los mismos que resguardan el combustible se lo llevan la gasolina a Colombia”.

 

Además, los zulianos reclamaron otras deplorables prácticas. “Hay veces en que llega la gasolina y para salir de uno dejan pasar carros, colocan la pistola en el tanque y la dejan pegada solamente dos minutos hasta que llenes lo que dé chance, así de fácil, te guste o no. Te llevas lo que pueda caer en ese tiempo”, según explicó Josué Quintana, mientras esperaba en la  E/S La Sierra, situada en la entrada de la urbanización Funda de Perijá.

 

Por igual, los conductores congregados en las “bombas” repudiaron que no están surtiendo la totalidad del litraje: “Si tienes capacidad de 80 litros, te dan 50 litros, los que ellos digan. Hay ocasiones en que dicen que no reparten más porque hay que guardarle a los guardias, y eso que uno tiene ya varios días esperando”, repudiaron en masa.

 

“Nuestros reclamos son ignorados, la alcaldesa Betty Zuleta no se ve por todo esto, y el Gobernador Omar Prieto tampoco viene. ¿Dónde están las autoridades?”, reclamaron.

 

Despacho tardío en las estaciones

 

La distribución del carburante puede tardar un aproximado de 4 a 5 días, rechazaron los ya extenuados conductores  que permanecían en la E/S La Sierra por otra consecutiva y poco exitosa jornada.

 

“Aquí no llega periódicamente la gandola. Si llega a esta estación, entonces a la E/S Ranchería no, por ejemplo, y así pasa cada semana. En vez de venir cada dos días, tardan cuatro o cinco; hasta una semana entera, eso complica más la situación, porque todos los carros se agrupan a las que tienen”, contó Aníbal Suárez, obrero.

 

Pasadas las 9:00 am, Panorama constató que las colas en el municipio fronterizo no reducían su extensión, aunque las “bombas” estuviesen cerradas.  Así sucedía en la estaciones de servicio E/S Cerro Alto, la Machiques-Colón y la Machiques 402 (en los predios del corredor Nuestra Señora del Carmen). Aunque la cola no avanzara, los choferes se rehusaban a retirarse para no “perder” sus puestos.

 

Ocho horas más tarde, a las 5:10 pm, la situación no variaba mucho. Varias estaciones se mantenían cerradas, a pesar de haber transcurrido un buen lapso de diferencia entre ambos recorridos.

 

Plantas eléctricas “secas”

 

Unos 20 litros de gasolina requiere una planta eléctrica, en promedio, para mantenerse activa durante un aproximado de ocho horas continuas de funcionamiento. Estos generadores también se abren espacio en las estaciones de servicio, con poco éxito para ser atendidas.

 

«Desde el domingo estoy viniendo para surtir la planta y no he podido. Son cinco días que pasan y que vuelvo a casa con las manos vacías”, dijo uno de los 15 propietarios que llevaban estos equipos anhelado poderlos surtir, pero que se mantenían todavía expectantes.

 

Los autogeneradores resultan vitales para hacer frente a los diarios cortes en el municipio, que por lo general inician a las 2:00 pm y concluyen alrededor de las 8:00 pm, pero que en la madrugada vuelven a presentarse.

 

Esta complicada situación energética compromete a Machiques, que se “apaga” casi por completo, pues comentan los residentes que, actualmente, el municipio está divido en un par de circuitos, por lo que los cortes abarcan gran cantidad de sectores a la vez.

 

También sufre Rosario de Perijá

 

En el municipio Rosario de Perijá, especialmente en su capital, Villa del Rosario, las extensas hileras de vehículos se multiplicaban a lo largo del trayecto hasta conectar con Machiques de Perijá.

 

Desde temprano en la mañana, la E/S La Frontera estaba cerrada, pero lucía “interminables” cordones de unidades vehiculares. La escena se repetía en la E/S Alto de Jalisco y en E/S Guadalajara, donde camiones y otras unidades de carga pesada también aguardaban ser surtidas.

 

Llegando al Kilómetro 104, a escasos metros del punto de control de la Guardia,  se perdían de vista los carros, uno tras de otro, en largas cuadras.

 

(Panorama)