Si China aumenta a partir del 1 de junio las tarifas del 10 % al 25 % sobre las importaciones estadounidenses de gas natural licuado (GNL), como prometió el pasado 13 de mayo, las exportaciones estadounidenses de GNL se verán seriamente afectadas. Y la gran beneficiada de todo ello sería Australia, según augura el portal Oilprice.com.

 

Y es que Australia está dispuesta a llenar este vacío a través de un aumento de las exportaciones de gas natural licuado a China. Según los datos proporcionados por el citado portal, el gigante asiático importó desde Australia 23 millones de toneladas de este recurso el año pasado, lo que representó unos 42 % de las exportaciones totales del GNL australiano. Las ventas al exterior del GNL estadounidense a China ya han disminuido un 80 % este año fiscal, en comparación con el mismo período el año pasado.

 

«El GNL estadounidense es un competidor para Australia, por lo que los aranceles funcionan para sacar del mercado al principal competidor de Australia», opina el analista de Credit Suisse Saul Kavonic.

 

Según los especialistas de la compañía de investigación en materia energética Rystad Energy, el aumento de la tensión entre EE.UU. y China podría retrasar las aprobaciones de nuevos proyectos de GNL de EE.UU. que están esperando la decisión final sobre la inversión y los contratos con compradores chinos. Desde la compañía se cree que algunos de los proyectos más caros puedan tener problemas para ofrecer condiciones competitivas a los compradores, y perjudicar los destinados a las exportaciones chinas.

 

De momento, Australia es el segundo mayor exportador de GNL del mundo. Por su parte, EE.UU. es el exportador de este recurso que experimenta más rápido crecimiento y se espera que se sitúe en tercer lugar en 2019, detrás de Catar y Australia. El país norteamericano registró un aumento del 53 % en las exportaciones de GNL en 2018 con respecto al año anterior. A su vez, China es el segundo mayor importador de GNL tras Japón.

 

Guerra arancelaria entre EE.UU. y China

 

El pasado 10 de mayo, después de que EE.UU. incrementara del 10 % al 25 % los aranceles para una serie de mercancías chinas importadas por valor de 200.000 millones de dólares al año, el presidente estadounidense ordenó elevar los aranceles a las importaciones chinas restantes, que se valoran en unos 325.000 millones de dólares.

 

Por su parte, el Ministerio de Comercio de China señaló que «lamenta profundamente» el aumento arancelario de EE.UU. a sus exportaciones, y agregó que no puede hacer otra cosa que tomar contramedidas al respecto. En este sentido, China respondió al incremento de aranceles sobre sus mercancías por parte de EE.UU. anunciando un plan para introducir gravámenes sobre las importaciones estadounidenses a partir del 1 de junio por valor de 60.000 millones de dólares, informó el Ministerio chino de Finanzas.

 

(RT)