El respeto mutuo y la era de la asociación igualitaria no forman parte de la agenda neoconservadora de los aliados del presidente Donald Trump. En este caso las palabras del senador neoconservador Lindsey Graham son bien claras, para este Venezuela está en lo que considera el “patio trasero” de Estados Unidos, con lo que se ve una clara regresión en la aproximación política a la resolución de conflictos en la región.

 

Lo que parece una vuelta sin retorno a la Doctrina Monroe, vendría a proponer nuevamente a Estados Unidos no solo como árbitro, sino como juez y ejecutor de las políticas orientadas a “poner orden” en cualquier conflicto político de la región, sin importar la soberanía de las naciones o la autodeterminación de los pueblos.

 

En un artículo escrito para The Wall Street Journal y en una entrevista este fin de semana aireada en la cadena Fox News, el senador reiteró que Donald Trump debe hacer lo que hizo Ronald Reagan en Granada.

 

La operación de nombre código Furia Urgente desplegó más de 7 mil soldados en Granada y su fin era proteger las vidas de estudiantes de medicina y de otros mil estadounidenses en la isla caribeña, pero la realidad es que el régimen pro-marxista que gobernaba la isla era considerado una amenaza para EEUU y la operación se habría iniciado con un golpe de Estado y posterior ejecución del primer ministro Maurice Bishop, que degeneró en un Gobierno de transición pero aún de izquierda, que es cuando EEUU decide tomar la acción militar.

 

Caso Venezuela

 

Grahan denunció la presencia de 7 mil soldados cubanos en Venezuela. Por su parte, La Habana ha negado cualquier presencia militar en el país y la cancillería cubana si bien reconoce la presencia de unos 20 mil cubanos, asegura que la gran mayoría son médicos.

 

El Gobierno de Nicolás Maduro se mantiene estable y unido, además es reconocido legítimamente por organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas. De aplicarse la Doctrina Monroe nuevamente y considerar a cualquiera de los países suramericanos como “patio trasero” sería una grave regresión política y sentaría un precedente que pondría en alerta a todos los países de la región.

 

(LaIguana.TV)