No quiero imaginar si una mujer, familiar del conductor de victorias, Nicolás Maduro Moros, hubiese sido apresada en España por lavado de capitales o si, por el contrario, un hombre pariente de él estuviese implicado también en lavado de capitales y en la corrupción de Odebrecht.

 

Imagino, por ejemplo, al mercenario de la información, Alberto Federico Ravell titulando, a todo lo ancho de su periódico digital la Patilla, un reportaje detallado con las incidencias del caso apuntando a culpar a Nicolás Maduro. Tergiversando y manipulando, para que la gente cuando lea responsabilice al máximo líder de la revolución bolivariana porque, el objetivo de estos bandoleros en sus medios de comunicación social, no son los verdaderos responsables de los delitos, sino nuestro Presidente.

 

Pero, en fin, lo que se pudo leer gracias a que en las redes sociales se escapan algunas informaciones, es que ciertamente hay un ciudadano acusado de corrupto y una ciudadana señalada también de corrupta; la mujer, Antonietta Ledezma, hija de Antonio Ledezma, y el hombre, Gustavo Guaidó, hermano de Juan Guaidó, por supuesto, ni Ravell en su periódico digital La Patilla ni ningún medio de comunicación al servicio del golpe de estado continuado en Venezuela, profundizaron en tales hechos, más bien, silenciaron ambos casos en la medida de sus posibilidades.

 

Lo de Antonietta Ledezma se supo por nuestra Ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, quien publicó un tuit informando que a la hija de Ledezma le embargaron 130 propiedades, entre ellos dos edificios de apartamentos, una zona residencial de lujo con más de 40 villas, así como decenas de inmuebles en una urbanización de Salamanca, España. Y es que la criatura no le perdió pisada a su padre.

 

De cualquier manera, hasta ahí quedó el despliegue mediático que le dieron en Venezuela a la noticia, pero escudriñando en internet uno se entera que la señora es esposa de Luis Fernando Vuteff García, un argentino que, si no lo detienen a tiempo, le roba hasta la corona al Rey de España.

 

Vuteff García era administrador de la gestora de capitales ColumbusOne, con domicilio en la calle Orellana de Madrid, y proveía servicios de blanqueo de capitales a exfuncionarios y contratistas de Pdvsa desde España, a través de inversiones inmobiliarias y hoteleras. Estas inversiones, según se lee en internet, fueron develadas en una operación denominada Carabela, en la que se intervinieron más de 130 inmuebles en Madrid y Marbella, valorados en más de 72 millones de euros.

 

En la operación igualmente se reveló que, en enero de 2018, Antonietta y su esposo Luis Fernando, registraron en Madrid la Fundación Crecer sin Fronteras, con un capital inicial de 30 mil euros, destinada a atender a los hijos de familias migrantes en España.

 

Pero como les digo, para conocer estos detalles hay que navegar en internet, nuestros medios tradicionales no reseñaron este caso, menos Ravell, un periodista que es tan bueno manipulando las informaciones a favor de los intereses golpistas como cobrando por cada una de esas noticias que distorsiona en contra de Maduro y la revolución.

 

Y ahora nos llega una sorpresa en una nota muy escueta, según la cual, Gustavo Guaidó, hermano de Juan Guaidó, está implicado con su viejo amigo de Primero Justicia, Henrique Capriles Radonski, en la corrupción de Odebrecht.

 

Gustavo Guaidó fue denunciado por un grupo de venezolanos y, según el medio Voz de América, el nombre del hermano del autoproclamado, apareció varias veces en la investigación que adelanta la Fiscalía de Suiza. Del caso, por supuesto, no se encuentra mayor información, y en La Patilla del sicario del periodismo, Alberto Federico Ravell, brilla por su ausencia igual que en la canalla mediática nacional e internacional.

 

Pero ahí es donde se equivocan. Lo he dicho y no me cansará de decirlo, con el Gigante Chávez, se acabaron los lectores borregos de periódicos. En las primeras de cambio, ubicamos a palangristas como Ravell, que está al servicio de ese periodismo de cañerías, que trata de confundir, destruir y que, en Venezuela, intenta estúpidamente que veamos como líderes a entreguistas y vendepatrias, tal como los cabecillas de los grupos terroristas Voluntad Popular y Primero Justicia, apátridas que le piden al Comando Sur de los EEUU que nos bombardee. Que nos invadan militarmente.

 

Pierde el tiempo Ravell, las mentiras de sus noticias lo que hacen es ponerlos en evidencia, y la oposición a resumidas cuentas se indigna con ellos mismos, tanta podredumbre le produce náuseas y termina fortaleciendo la revolución bolivariana, tal como ocurre actualmente con Guaidó.

 

Ravell olvida de dónde venimos. Venezuela históricamente ha sido patria de libertadores, y eso se lleva en la sangre, en los genes, mal podría nuestro pueblo apoyar a entreguistas y serviles como los que la derecha apoya de rodillas al imperio gringo, es decir, a seres indignos y detestables capaces de vendernos por dinero al imperio más destructivo y criminal del mundo.

 

(Gian Carlo Di Martino)