Las cifras económicas publicadas por el Banco Central de Venezuela hacen explícitos los efectos del ataque que ha venido sufriendo el país, producto de las medidas coercitivas unilaterales que comenzaron con una orden ejecutiva de Estados Unidos en marzo de 2015.

 

La difusión de los dramáticos indicadores ponen en evidencia que las llamadas “sanciones” incidieron de manera directa sobre el normal desenvolvimiento de la economía venezolana, la cual siempre había estado atada al ciclo petrolero.

 

“El insuficiente ingreso de divisas al país, primero por el corte en el flujo de financiamiento externo a partir de 2013, los bajos los precios del petróleo desde finales en 2014 y hasta mediados de 2017 y las sanciones internacionales desde principios de 2015, provocó una importante caída en el nivel de actividad económica, debido a la disminución en las importaciones de insumos y bienes de capital esenciales, traduciéndose en una disminución considerables del consumo, principal componente de la demanda agregada”, precisa un análisis gubernamental a propósito de las cifras difundidas por el ente emisor .

 

En ese trabajo se plantean también los siguientes puntos:

 

Esta caída en las importaciones y el poco acceso a los mercados internacionales generaron cuellos de botella en la industria petrolera, imposibilitando capitalizar de manera natural el incremento de los precios del crudo desde finales de 2017, como se puede observar tanto en la cuenta corriente y financiara de la Balanza de Pagos del país.

 

 

Académicos de prestigio internacional, como Jeffrey Sachs y Mark Weisbrot, han asegurado que las sanciones han imposibilitado salir de la crisis que comenzó con la caída de los precios del petróleo, impidiendo su recuperación desde 2017.

 

El Ejecutivo Nacional, a pesar de las sanciones económicas impuestas desde marzo de 2015, las cuales fueron dificultando no solo el acceso a nuevos recursos externos, sino que también generó problemas transaccionales para el manejo de los recursos externos públicos, pudo crear mecanismos de protección social para disminuir estos impactos sobre la población, como por ejemplo los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).

 

El país ha estado desde 2013 enfrentando importantes adversidades, no solo de carácter económico –  financiero, sino también políticos, como por ejemplo las confrontaciones violentas observadas en los años 2014 y 2017, que obstaculizaron el normal desenvolvimiento de la producción, importación y distribución de los productos en general, profundizando la caída de la actividad económica.

Las cifras muestran también, como el nivel de Reservas Internacionales del país desde el año 2013, ha venido mermando tanto por las razones anteriormente esbozadas, como por el pago de compromisos financieros externos, imposibilitando mantener importaciones que soportaran un nivel de consumo e inversión adecuados.

 

Cambio en la línea

La difusión, luego de varios años, de las cifras e indicadores económicos por parte del BCV ha tenido un efecto paradójico en los adversarios del gobierno: los mismos que clamaban por conocer esos números ahora parecen estar fuera de foco. Tal vez ello se deba a que les convenía no tener cifras oficiales porque esa situación les permitía perturbar con la incertidumbre y manipular con datos de fuentes privadas, de gobiernos de países adversarios y de las nunca ausentes organizaciones no gubernamentales.

 

El sector oficial parece haber tenido éxito inicialmente  con este cambio en la línea respecto al tema de la información autorizada,  al demostrar que el arma económica por excelencia para causar hiperinflación  ha sido el bloqueo. La violencia imperial, el bloqueo, los intentos de golpe, la guerra eléctrica han tenido iguales o peores efectos que un bombardeo. Aunque el pueblo ha tenido la sabiduría necesaria, bajo la conducción del presidente Maduro,  para enfrentar esa terrible situación, no puede negarse que esta han causado heridas en el  modelo económico socialista.

 

Las cifras difundidas por el BCV muestran una realidad muy dramática, pero el gobierno cree que hay razones para el optimismo porque el ingreso se ha venido recuperando, aunque no con la velocidad deseada, desde el 20 agosto 2018 cuando se lanzó el Programa de Crecimiento, Estabilidad y Prosperidad Económica. A partir de entonces han ido progresando las cifras de ingreso, en el marco de una economía asediada.

 

Se conoció que la semana que viene se darán a conocer también buenos avances en tema inflacionario.

 

(LaIguana.TV)