El fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions, se ha convertido en blanco de críticas por presuntamente haber mentido bajo juramento en el Senado acerca de sus contactos con el Gobierno de Rusia.

 

El Departamento de Justicia de EE.UU. ha confirmado que en el 2016 Sessions mantuvo dos conversaciones con el embajador de Rusia en Washington, lo que contradice las declaraciones que el fiscal general hizo durante las sesiones del Senado cuando se debatía su candidatura el pasado mes de enero.

 

Por su parte, Sessions ha negado haber abordado «ninguna campaña política» con representantes de Rusia.

 

Durante las sesiones, a la pregunta sobre cómo actuaría si conociese conversaciones entre individuos del Gobierno ruso y los miembros de la campaña del presidente de EE.UU., Donald Trump, referentes a las elecciones presidenciales, Sessions respondió que «no tuvo comunicaciones con los rusos». Agregó que no sabía de este tipo de actividades.

 

Sessions proporcionó una respuesta negativa a la pregunta de si había mantenido algún contacto con el Gobierno de Rusia «sobre las elecciones del 2016, antes o después del día de los comicios».

 

¿Otra víctima?

 

La información sobre los contactos de Sessions con el embajador ruso en Washington, Serguéi Kislyak, primero fue publicada este miércoles por el diario ‘The Washington Post’ y después confirmada por el Departamento de Justicia.

 

«No había nada engañoso sobre su respuesta», ha señalado la portavoz de Sessions, Sarah Isgur Flores, aclarando que «fue preguntado sobre las comunicaciones entre Rusia y [los miembros de] la campaña de Trump». Flores ha destacado que no se trató de «reuniones que mantuvo como senador y miembro del Comité de Servicios Armados de EE.UU.».

 

Sin embargo, tras las acusaciones hechas en contra de Sessions, la líder del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, ha publicado en su cuenta de Twitter un comunicado en el que insta al fiscal general a «renunciar el cargo».

 

Según Pelosi, Sessions «mintió bajo juramento durante la sesión de su confirmación ante el Senado», y ha tachado su declaración de «falsa».

 

¿Qué puede pasar ahora con Sessions?

 

La situación de Sessions es diferente al escándalo de Flynn, quien no había comunicado al vicepresidente de EE.UU., Michael Pence, el contenido de la conversación con el embajador ruso.

 

En primer lugar, en el momento del contacto con Kislyak, Sessions no había sido nominado a ningún puesto en la Casa Blanca, ya que Trump todavía no había sido elegido como presidente. Flynn conversó con Kislyak después de que fuese postulado.

 

En segundo lugar, es difícil tratar de forma inequívoca las declaraciones de Sessions ante el Senado como «falsas». De hecho, señaló no haber conversado con los oficiales rusos sobre la campaña electoral de Trump. El fiscal general no mencionó otros temas abordados con Kislyak, pero en las sesiones tampoco le preguntaron al respecto.

 

Si se diera a conocer que sí habló sobre las elecciones de EE.UU., la situación podría cambiar.

 

Según ha señalado el Departamento de Justicia estadounidense, citado por el diario ‘The Financial Times’, «los embajadores frecuentemente hacen comentarios superficiales sobre las noticias relacionadas con elecciones, pero no se enfocan en ellas en las conversaciones».

 

«El fondo mediático»

 

El nombre de Kislyak también apareció en el reciente escándalo relacionado con el exasesor de Seguridad Nacional de Trump, Michael Flynn, que había mantenido dos conversaciones telefónicas con el embajador ruso y se vio obligado a dimitir.

 

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha condenado en su cuenta de Facebook la publicación de la CNN, en la que la cadena señaló que Kislyak «es considerado por la Inteligencia de EE.UU. como uno de los espías rusos de alto rango y un reclutador de espías en Washington».

 

(RT)

 

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