Al escuchar hablar sobre la crisis bancaria de 1994 en Venezuela, muchos jóvenes, que desconozcan lo ocurrido esa fecha, recurrirán a Wikipedia para documentarse. Sin embargo, esta fuente, al igual que otras, pretende matizar, suavizar u ocultar lo que ocurrió.

 

Un 14 de junio como hoy, pero de 1994, el entonces ministro de Finanzas, Julio Sosa, informó a Venezuela que el gobierno había decidido liquidar 8 bancos, luego de de fallar en el intento por reflotarlos. Para el momento, se trataba de la mitad de las cuentas bancarias del país y unos dos millones de ahorristas. A ellos, el Estado les prometió garantizar sus depósitos. No obstante, la palabra de ese gobierno demostraría ser una fortuna para los banqueros y un cheque sin fondos para los ahorristas.

 

A fin de comprender este hecho, hagamos una revisión retrospectiva. El 21 de enero de 1994, se decretó la intervención del Banco Latino: la segunda entidad bancaria más grande de Venezuela. El balance de pagos del Latino fue negativo a principios de 1994 y estaba prácticamente sin fondos.

 

Al no estar en condiciones de cancelar las deudas contraídas con el Banco Central de Venezuela, el Banco Latino fue excluido de la Cámara de Compensaciones el 11 de enero. Así determinó su quiebra.

 

Al conocer la situación, los ahorristas se congregaron en las sucursales del banco en todo el país para saber qué ocurriría con su dinero. Se estima que las pérdidas del Banco Latino alcanzaron los 500 millones de bolívares.

 

Por su parte, el gobierno de Ramón J. Velásquez, valiéndose de la legislación bancaria aprobada el 1 de enero a través de la Superinterndencia de Bancos, intervino al Banco Latino el 21 de enero. Asimismo, se disolvió su Junta Directiva y el Fondo de Garantía de Depósitos (Fogade) le inyectó capital.

 

La intervención del Banco Latino marcó el estallido de la crisis financiera en Venezuela. ¿Por qué? Este hecho desencadenó un efecto dominó que destruiría la arquitectura financiera del país. 16 bancos quebraron de forma estrepitosa. El 14 de junio de 1994, varios bancos fueron intervenidos por el gobierno: Barinas, La Guaira, Maracaibo, Construcción, entre otros.

 

Entre agosto y enero de 1995, el Banco Benezuela, Consolidado, Italo Venezolano, entre otros, pasaron a manos del Estado.

 

Si eres uno de esos jóvenes que visita Wikipedia, este portal no te dirá que una vez en el poder, el presidente Rafael Caldera, en su segundo mandato, ayudó a los bancos inyectándoles 1 billón 272 mil millones de bolívares de aquella época.

 

La medida en cuestión, no sacó a las entidades bancarias de la crisis, debido a que los banqueros optaron por robarse ese dinero. Además, el dinero con el que se auxilió a los banqueros “se generó de la nada, sin respaldo y aceleró la crisis monetaria”, recuerda Franco Vielma, investigador de Misión Verdad.

 

Para que quede claro, los banqueros no solo despojaron a los ahorristas de su dinero, sino que además, robaron la inyección otorgada por el gobierno de turno. La mayoría de los banqueros huyeron del país, mientras personas naturales y jurídicas perdían dinero, al tiempo que algunos ahorristas se suicidaban.

 

“Hay mucho banco quebrado, pero ni un solo banquero pobre”, fueron palabras de un ancla de la época, al referirse a la crisis bancaria de a1994.

 

Millones de ahorristas perdieron sus ahorros de una vida. No fue hasta el mandato del presidente Hugo Chávez que el Estado se comprometió a pagarles a los clientes y lo hizo.

 

Un 20 de diciembre de 2004, se realizó en el palacio de Miraflores, un acto de justicia, donde anunció la cancelación de 12% de interés anual a los ahorristas afectados por la crisis bancaria de 1994.

 

El plan contempló dos márgenes de cobertura debido a que las garantías bancarias de la época apenas cubrían el 15% de la totalidad de los ahorristas.

 

Durante el gobierno de Chávez el monto de la garantía legal se incrementó hasta cubrir más del 95% de los clientes de los bancos del país.

 

“Esto es un acto de justicia. En el día de hoy hemos pagado 158 millones de bolívares a cerca de 128 ciudadanos. En total son más de 400 mil ahorristas a quienes se les adeuda 18 mil 500 millones de bolívares y no nos importa a quién se le deba, puede ser el adeco más recalcitrante, pero ese es su dinero”, expresó Chávez ese 20 de diciembre de 2004.

(LaIguana,TV)