«Rechazamos la imposición de medidas coercitivas unilaterales y, en ese contexto, llamamos a un cese inmediato e incondicional al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos contra Cuba y, sobre todo, a su carácter extraterritorial y la persecución de las transacciones financieras cubanas, cuya gravedad se ha incrementado».

 

En tales términos los cancilleres de la Comunidad del Caribe (Caricom) y Cuba dieron a conocer su posición durante la VI reunión en Georgetown,Guyana.

 

En la información igual hay la denuncia de la activación en mayo del Título III de la ley estadounidense Helms-Burton, la cual autoriza a los cubanos exiliados en EE.UU. y a empresas de ese país a demandar a quienes se beneficiaron de las nacionalizaciones hechas tras la victoria de la Revolución cubana en 1959.

 

Caricom, en tal contexto, se refiere a esa ley anticubana como «una legislación que viola flagrantemente el derecho internacional y que socava la soberanía e intereses de terceros».

 

De su lado, Bruno Rodríguez, canciller cubano, alabó la firme postura de Caricom frente a las amenazas que conllevan las medidas estadounidenses para la estabilidad regional.

 

Rodríguez repudió, en particular, las amenazas del uso de la fuerza militar y la injerencia extranjera contra ciertos países latinoamericanos a fin de «restablecer la aplicación de la Doctrina Monroe».

 

Es de señalar que la información precisa que, desde 1962, Washington ha impuesto un férreo bloqueo económico a Cuba a fin de forzar un cambio de Gobierno. Tras la llegada de Donald Trump a la Presidencia de EE.UU., las medidas contra la isla se han endurecido, cerrando así las puertas a cualquier diálogo.

 

El gobierno de La Habana, porsu parte, asegura que, pese a las medidas agresivas de la Administración de Trump, el país caribeño seguirá defendiendo sus principios revolucionarios y «no se dejará amedrentar» por las sanciones norteamericanas.

 

(AVN)