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En una desgarradora carta, Marlene Rodríguez —madre biológica— de Santiago Allio tuvo su primer acercamiento luego de  24 años sin saber nada de él. Con su puño y letra,  la mujer escribió cuatro párrafos en los que le ruega que le permita visitarlo en los calabozos del Cicpc-Zulia.

 

“Eres mi hijo y te amo mucho.  Lo único que espero es que me dejes verte y poder explicarte toda la verdad que tu padre siempre buscó ocultar. Lo que más deseo es darte un beso y  un abrazo. Quiero apoyarte, porque tú  tienes una madre”, fueron algunas de las palabras que redactó la mujer, de 55 años, quien tiene una hija, de 20 años. Otro hijo  falleció.

 

Marlene trabaja como cocinera en un restaurante. Ayer, antes de ir a laborar, acudió junto con su hija Keila, al Cicpc-Zulia a llevarle desayuno. Llegó a las 7:30 de la mañana con un par de arepas rellenas, una garrafa de jugo y otra de agua. 

 

En la policía científica no le permitieron ayer ver a Santiago, pues las visitas solo son los sábados en la mañana y Marlene lo desconocía.

 

“Dile a Santiago que esto se lo envía su madre biológica”, le dijo Marlene al detective que le recibió los envases con la comida.

 

A las 12:00 del mediodía, Keila, la hermana que aún Santiago no conoce, volvió al Cicpc a llevarle el almuerzo y la carta que le escribió la mamá.

 

“Mi madre no pudo venir porque está trabajando. Le preparó una pasta a la boloñesa que es su especialidad y de una vez le envió la cena”, dijo Keila, ayer, a PANORAMA.

 

La hermana de “Brunito” no pudo contener el llanto al escuchar la voz de Santiago. La joven lloró al oír cuando el detective del Cicpc le decía a lo lejos que de nuevo su familia le había traído comida.

 

“Mi madre siempre me contó la historia. Me hablaba del hermano  que no conocía, me conformaba con verlo en fotos cuando estaba chiquito”, expresó Keila, luego de abrazar a su esposo.

 

La hermana dijo que esperan poder hablar con Santiago para ayudarlo en lo que le haga falta.

 

Mientras tanto, “Brunito” sigue confinado en una celda de 5×7 metros con otros 55 presos por homicidio. Él ordenó matar a su papá, Bruno Allio.

 

(Panorama)

 

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