La ola de calor que padece gran parte de Europa se intensificó aún más el miércoles, con temperaturas de más de 40 grados en Francia y en España, antes de llegar a nuevos máximos el jueves y el viernes.

 

En España, la Agencia de Meteorología Aemet puso el miércoles en alerta naranja (riesgo importante) a cinco provincias del norte, con temperaturas esperadas de 42 ºC en el valle del Ebro (noreste). La cadena de televisión pública TVE calificó este episodio de calor como «la semana infernal».

 

Aún así, lo peor debería llegar el viernes, cuando previsiblemente se declarará la alerta para 33 de las 50 provincias, donde el mercurio debería alcanzar hasta los 44 ºC en lugares como Gerona (noreste). 

 

En Francia, la temperatura seguía subiendo el miércoles, con máximas entre los 35 y los 39 ºC en dos tercios del país, especialmente en el sur y el este.

 

El organismo estatal Météo France habla de un «episodio sin precedente» por su intensidad y su precocidad desde 1947. Considera que las máximas de 40 ºC «probablemente se alcancen de manera puntual y posiblemente se batirán récords mensuales o incluso absolutos».

 

En Alemania, el termómetro también podría llegar a los 39 ºC en el suroeste del país, así como en Brandeburgo, la región que rodea Berlín, donde los incendios forestales arrasaron ya 100 hectáreas desde el lunes.

 

En Grecia, las temperaturas rondaban los 45 ºC en todo el territorio, y en muchos municipios se emitieron alertas, temiendo incendios alimentados por los fuertes y cálidos vientos llegados de África. El país todavía está marcado por el mortífero incendio de Mati del año pasado, que le costó la vida a un centenar de personas. 

 

Polémica por senos al descubierto

 

Si bien el récord de 40,3 ºC registrado en una pequeña ciudad de Baviera en agosto de 2015 no debería superarse, el de la más alta temperatura registrada en junio, que data de 1947, sí podría batirse, según los especialistas.

 

En Múnich, en Baviera, la ola de calor generó una polémica sobre el derecho de las mujeres a tomar el sol a pecho descubierto, después de que unos agentes de seguridad privada, contratados por el Ayuntamiento, instaran a las mujeres a cubrirse los pechos a orillas del río Isar. 

 

Llegada del desierto del Sáhara, esta ola de calor sin precedente para un mes de junio se intensificará más el jueves y el viernes. Propio de las canículas, las noches son más calurosas que habitualmente.

 

Pero antes de este repunte, en Austria se batió un récord, en la región del Tirol, con 36,7 ºC registrados el martes en Innsbruck. Y, excepcionalmente, no se vio a los famosos caballos de tiro que arrastran carruajes en la ciudad. 

 

«Las temperaturas mundiales aumentan por el cambio climático, y con ellas la probabilidad de que se produzca una ola de calor extrema», señala Len Shaffrey, profesor de ciencias climáticas en la Universidad de Reading.

 

Según el Instituto Climatológico especializado de Potsdam, los veranos más calurosos en Europa desde 1500 tuvieron todos lugar durante el siglo XXI. Por orden descendiente: 2018, 2010, 2003, 2016 y 2002.

 

En Francia, que recuerda especialmente la ola de calor de 2003 que provocó la muerte de 15.000 personas, la televisión, la radio o el transporte público transmiten mensajes de prudencia. Los ministros están invitados a dar ejemplo dejando en casa la corbata.

 

Vigilancia en el Mundial de Fútbol femenino 

 

En los estadios de Francia, donde tiene lugar actualmente el Mundial de Fútbol femenino, se transmiten mensajes por los altavoces durante los partidos animando a los espectadores a hidratarse y a protegerse del sol.

 

«Islotes de calor», las grandes ciudades sufren especialmente, debido al asfalto, la falta de vegetación y las actividades humanas.

 

En París y en Lyon (sureste), solo los vehículos menos contaminantes están autorizados a circular a partir del miércoles por la mañana.

 

(AFP /AP)