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La Gran Barrera de Coral, frente a la costa australiana de Queensland, está gravemente afectada por las emisiones de dióxido de carbono (CO2), las cuales aceleran la reproducción de algas venenosas que producen químicos y matan al coral rápidamente.

 

Los niveles de CO2 están potenciando las algas venenosas que matan a los corales cuando compiten por un espacio en el mar, según una investigación científica australiana llevada a cabo por expertos en Ecología Química de las universidades de Griffith y Queensland junto con especialistas estadounidenses.

 

Si el nivel de carbono se mantiene, en 2050 los arrecifes de coral en el mundo estarán en serios problemas para sobrevivir y para 2100 desaparecerán por completo del planeta, informaron los investigadores.

 

Las algas venenosas solo podrán desaparecer cuando se reduzcan las emisiones de carbono, mientras tanto esas algas seguirán creciendo y regenerándose.

 

«La investigación es un gran paso para entender cómo las algas pueden dañar los arrecifes de coral y cómo el aumento de las emisiones de CO2 impactan en la salud de la Gran Barrera de coral», dijo el profesor asociado de la Universidad de Griffith, Guillermo Díaz- Pulido.

 

La única forma de eliminar las algas venenosas es reduciendo los niveles de CO2 en la atmósfera, provocados en su mayoría por la actividad humana. 

 

La investigación realizada en la Isla Heron, un cayo de coral ubicado en la parte sur de la Gran Barrera de Coral, se elaboró a partir de experimentos bajo el agua en la zona y en laboratorios al aire libre.

 

(Telesur)