La muerte de un padre y su hijita de menos de dos años en el Río Bravo le puso una cara a la tragedia que ocurre todos los días en la frontera de México con Estados Unidos, para muchos el resultado de la política de cero tolerancia con la inmigración de Donald Trump. A 2,500 kilómetros de esa frontera, en el condado de Miami Dade, Florida, a unos pocos kilómetros de las mansiones de J Lo y Pitbull, está el centro de detención de Homestead, donde cientos de niños indocumentados viven en condiciones muy duras.

 

Esta semana los candidatos demócratas a la presidencia visitaron el lugar, uno de tantos a donde la administración Trump envía a los menores que separa de sus familias al cruzar la línea divisoria. El viernes tocó el turno a la senadora Kamala Harris, el ex secretario de vivienda Julián Castro, la senadora Kirsten Gillibrand, el alcalde Pete Buttigieg, y al ex gobernador John Hickenlooper, confirmando así lo que se vio en el primer debate de los presidenciales demócratas: La agenda del cada vez más poderoso voto latino se convirtió en un eje central de la campaña para las presidenciales del 2020.

 

LPO estuvo presente la mañana del viernes cuando los aspirantes se apersonaron afuera del centro e ingresaron a la recepción, donde les negaron la entrada a las instalaciones. Afuera, frente a docenas de cámaras y manifestantes, los candidatos que estaban en Miami para participar en los dos primeros debates del ciclo electoral ofrecieron comentarios a los reporteros reunidos.

 

En conversación exclusiva con LPO, el ex gobernador de Colorado John Hickenlooper dijo que esperaba que la administración «deje de separar a los niños de sus familias». El aspirante presidencial dijo que se debía cambiar la manera en la que «abordamos estos temas, no solo migratorios, sino en lo que respecta a los refugiados». Respondió que tenía la esperanza de entrar a las instalaciones y que debía haber mayor transparencia, «sobre todo porque son contratistas privados, así que el público debería tener una oportunidad mayor de ver cómo operan».

 

Hickenlooper dijo que el rol del Congreso era complejo: «Este es un caso clásico de la disfuncionalidad en Washington. Idealmente, el Congreso debería estar trabajando con el presidente para desarrollar un sistema que no sólo asegure la frontera, sino que garantice que tengamos una reforma migratoria profunda».

 

Sobre el muro de Trump, el exgobernador lo llamó «un producto de vanidad política para el presidente; no resuelve ningún problema, y eso es todo de lo que hablamos».

 

Sugirió que, en términos diplomáticos, tanto México como las naciones de Centroamérica «no tienen muchas cartas qué jugar, pero ciertamente está en el interés de esos países y de los EU reconstruir sus economías y reparar comunidades en Honduras». Agregó que, cuando trabajaba como geólogo, le tocó estar en Honduras, «empezamos en Tegucigalpa, pero luego fuimos a La Libertad, al norte. Pasé varias semanas ahí. Fue fascinante. Son personas maravillosas y merecen ser tratadas con dignidad».

 

¿Dónde deben estar estos niños mientras esperan su proceso de asilo, gobernador? «Con sus familias. Deben estar con sus familias», respondió el candidato.

 

La senadora y exfiscal General del estado de California, Kamala Harris, declaró ante las cámaras que debían «defender a nuestra [versión] de Estados Unidos cuando la administración Trump ignora que lo que está ocurriendo con estos niños, las circunstancias en las que llegan, es una violación a los derechos humanos cometida por el Gobierno de los EU».

 

Harris prometió que, de ser elegida, «lo primero que voy a hacer es cerrar estas instalaciones de detención privada». Dijo que había que ser claros: «Hay gente que está lucrando de la encarcelación de niños. Y ahora diseccionemos un poco más. ¿Quiénes son estos niños? Son niños que huyeron de las capitales mundiales del homicidio. Que vinieron a nuestras fronteras buscando seguridad. Buscando refugio y seguridad. Nos enorgullecemos de la fuerza de nuestro país; parte de esa fuerza es que tenemos brazos fuertes que protegerán a quien sea que esté huyendo».

 

Desde que el entonces fiscal General Jeff Sessions ordenó criminalizar la migración indocumentada, miles de niños han sido separados de sus padres y familiares y puestos bajo resguardo del Gobierno Federal. El testimonio reciente de una abogada del Departamento de Justicia confirmó que en muchos de estos centros en lugares como Texas y Florida los niños duermen en el piso, sin cobijas y sin acceso a artículos básicos como el jabón y la pasta de dientes.

 

Julián Castro, ex secretario de vivienda durante la administración de Barack Obama, se quejó de que la administración y el contratista a cargo del centro de detención no dejan a la gente ver lo que está pasando con los menores. «Hace que nos preguntemos, ¿qué diablos están ocultando? ¿Es que están sobrepasados? ¿Es por el abuso sexual? ¿El daño emocional que han causado a estos niños?», cuestionó Castro. «Necesitamos reformar el sistema de inmigración, es necesario proteger a estos niños», dijo en español el candidato.

 

Los candidatos reconocieron la labor de los manifestantes que llevan más de un año reclamando afuera del centro de detención. Varios grupos de la comunidad judía han organizado las protestas. Uno de los organizadores directamente acusó al Gobierno de dirigir un campo de concentración, misma acusación que hizo la congresista Alexandria Ocasio-Cortez.

 

El alcalde de South Bent, Indiana, Pete Buttigieg, declaró que «nadie está aquí para aprovecharse de EU, están aquí huyendo por sus vidas». Y completó en español: «No están buscando el sueño americano. Están huyendo de la pesadilla de sus propios países, y hay que apoyarlos».

 

Buttigieg, sin embargo, fue criticado por algunos de los activistas presentes por no acercarse al área desde donde puede verse el patio donde los menores pasan gran parte de su tiempo. El resto de los candidatos presentes se subió a pequeñas escaleras y, desde el otro lado de la avenida, gritaron palabras de aliento a los niños. Frases como «estamos aquí» y «estamos con ustedes».

 

«Un presidente al que no le importan nuestros valores y este es un ejemplo de su falta de compasión y corazón, y el Partido Republicano no tiene agallas», declaró la senadora Kirsten Gillibrand. Aseguró que, de ganar la contienda, el primer día de su administración prohibiría las prisiones con fines de lucro, «promovería un proceso de asilo basado en la comunidad, asignaría abogados para todos y, si tuvieran familias y parientes con quienes quedarse, los asignaríamos con ellos».

 

A pregunta expresa de LPO, Gillibrand dijo que los gobiernos de México y de las naciones de Centroamérica debían proveer educación y oportunidades para sus pueblos «y debemos colaborar para traer estabilidad a estos países». También afirmó que creía en un Plan Marshal para Centroamerica, similar a lo que propone Andrés Manuel López Obrador.

(La Política OnLine)