“Una estación de bomberos deben contar con instalaciones debidamente acondicionadas para los funcionarios de guardia. Los bomberos trabajan largas jornadas y viven en la estación gran parte de su existencia. Una sede de bomberos debe tener literas en excelentes condiciones y una cocina totalmente equipada con estufa, nevera y armarios para almacenar alimentos. Algunos establecimientos salas de televisión, salas de musculación y otras comodidades del hogar”, reza uno de los estatutos de la Nfpa (National Fire Protection Association), ente que rige, a nivel internacional, las normas y requisitos mínimos para la prevención de los incendios.

 

La Comandancia General de los bomberos de Maracaibo, ubicada en la avenida 8 Santa Rita, dista mucho de cumplir esta normativa y sus trabajadores, más que vivir, sobreviven en medio de las más absolutas carencias.

 

El área de descanso del personal paramédico deja mucho que desear en este aspecto. “Las literas no sirven, la cocina está casi en ruinas y hay un solo baño para la guardia de más de 10 personas que trabajan por cada grupo”, explicó Danger Soto, funcionario del cuerpo de Bomberos de Maracaibo, que lucha por reivindicaciones para los jubilados.

 

“La misma situación se repite en cada una de las seis estaciones que existen en la ciudad, que atienden a las 18 parroquias del municipio”, agrega.

 

El colapso del parque automotor es otra de las calamidades que sufren estos trabajadores cuya labor toma matices de heroísmo en otras partes del mundo.

 

“De 15 ambulancias solo queda disponible una, pero no tiene cauchos actualmente. El resto, 14, están inactivas. Algunas, sin motor o caja, todas sin cauchos, batería y otro desperfectos mecánicos menores”, explica el funcionario.

 

Igual sucede con el resto de vehículos para apagar incendios. “Solo hay disponible un camión de ocho que existen incluyendo dos gandolas cisterna”, explica Soto.

 

Debido a estas razones, y a la deuda de prestaciones sociales que mantiene la Alcaldía de Maracaibo con los bomberos jubilados del cuerpo, 48 funcionarios suman 42 días en huelga de hambre, lucha que los ha llevado a solicitar ayuda a la comunidad mediante un “potazo” que a diario realizan en la avenida ocho Santa Rita.

 

“Desde el 7 de febrero estamos esperando a un representante de la Alcaldía de Maracaibo a que venga a conversar con nosotros para discutir nuestras solicitudes y buscar una salida a este conflicto. Nosotros seguiremos hasta que sea necesario porque en más de 40 días ya nos adaptamos a este modo de vida donde nos han obligado a pedir ayuda a la comunidad para sobrevivir”, dijo el comandante Evelio Montiel, vicepresidente de la Asociación de Jubilados y Pensionados de los Bomberos de Maracaibo.

 

(Panorama)

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