Ganar o ganar. Esa es la única opción para los deportistas argentinos que quieran mantener el apoyo del Estado luego de competir en los próximos Juegos Panamericanos que se celebrarán en Lima a partir del 26 de julio.

 

Y es que los recortes en el presupuesto dejan así a muchos competidores ante un objetivo que solo unos pocos conseguirán, ya que quienes no logren subir a un podio perderán la ayuda económica del Gobierno para su formación futura.

 

El periodista deportivo Ernesto Rodríguez criticó esta política, donde no contarán los esfuerzos ni los logros si el rendimiento no alcanza para los primeros tres lugares de cada disciplina.

 

Un ‘golpe’ presupuestario

 

«Más de la mitad de los deportistas de alto rendimiento saben que a partir de octubre tienen que dedicarse a otra cosa», expresó Rodríguez. Y añadió que los atletas argentinos «recién están tomando en cuenta que, además de volverse sin la medalla, la foto, el peluchito y el ramo de flores», van a regresar «sin una forma de vida que probablemente los condene a ser deportistas domésticos».

 

En 2017, cuando la actual Administración decidió rebajar la Secretaría de Deportes a la categoría de Agencia, el primer impacto fue el recorte presupuestario. La quita posterior del 1 % de la facturación de la telefonía celular del país, que era destinada directamente para invertir en el fomento de los atletas de alto rendimiento, complicó todavía más al deporte.

 

Con 22 años, la lanzadora de disco y bala Iara Capurro todavía no ganó ningún torneo panamericano, pero consiguió medallas en competencias sudamericanas durante dos años consecutivos. En 2018, tras una lesión, clasificó en cuarto puesto y desde entonces perdió el apoyo económico estatal.

 

Cuestión de orgullo

 

Para participar de la Universiada 2019, que se celebró en Nápoles (Italia) entre el 3 y 14 de julio pasado, Capurro tuvo que salir a buscar patrocinadores en las redes sociales. Su publicación se hizo viral porque expuso una historia de superación que conmovió a miles de personas. Así consiguió aportes individuales y de pequeñas empresas para poder viajar y seguir peleando por sus sueños de gloria.

 

«Yo ya sabía que me iban a sacar las becas porque nosotros lo sabemos, estamos al tanto de eso. No es que no nos avisan, pero como que te duele», confesó la deportista.

 

Y continuó: «Subirte a un podio, escuchar el himno, es muy lindo. Y te llena, creo que eso es lo más importante, porque nosotros no hacemos esto por el dinero, no vamos a ganar millones. (…) Lo hacemos nada más que por eso, por sentirnos bien y orgullosos de representar a este país, porque nacimos acá y hay que dejarlo lo más alto que se pueda».

 

Brecha de desigualdad

 

Más de un 60 % de los atletas que participen de los próximos Panamericanos dependerá al volver de sus propios medios de financiación. Una grieta que separará a ricos y a pobres más allá de su talento.

 

Desde 2004, Argentina mantenía un ritmo de interesantes logros en los medalleros de los Juegos Olímpicos. El actual panorama parece complicar el pronóstico de cara a Tokio 2020 y las primeras consecuencias podrían sentirse en unos días, en Perú.

 

Incluso si consiguen muy buenos resultados, quienes no ganen una medalla van a sufrir al volver la peor de las derrotas. La de una política exitista y descarnada, que en lugar de estimularlos para superarse, les dará la espalda.

(RT)