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Lenín Boltaire Moreno, es hoy el nuevo presidente de Ecuador. Cuando se busca en su historial, la primera palabra que sobresale es el humanismo. Se le conoce como “un paladín de causas sociales”. Se desempeñó como vicepresidente entre el 2007 y 2013 del actual mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, a quien sucederá por decisión del pueblo soberano.

 

Nació en la población de Nuevo Rocafuerte, un recóndito lugar de la amazonía ecuatoriana, frontera con Perú. Cuando era niño, llegar al pueblo más cercano le tomaba casi un mes por vía fluvial.

 

Moreno tiene 64 años, está casado, tiene dos hijas y es abuelo de trillizos, dos niños y una niña. Licenciado en Administración Pública con estudios de medicina y psicología.

 

Un error en la inscripción en el Registro Civil hizo que su segundo nombre fuera Boltaire, en vez de Voltaire. «Papá era de ideas socialistas y mamá de ideas liberales. A ellos les gustaba mucho leer; a papá, Lenín; y a mamá, Voltaire», explicó.

 

Es promotor y defensor de los derechos de las personas con discapacidad a nivel global, regional y nacional.

 

La bala que cambió su vida

 

En el año 1998 se encontraba comprando pan junto con su esposa, Rocío González, cuando recibió un disparo que lo dejó parapléjico, hecho que lo obliga a desplazarse en silla de ruedas. Sin embargo, esta circunstancia en lugar de condenarlo al ostracismo no ha limitado sus facultades ni su deseo por ayudar. Ha hecho del humor su arma de batalla y ha escrito 10 libros de motivación basados en el humor.

 

«El humor es bueno para la salud, la prueba es que los médicos no lo recetan», declaró años atrás al recordar que pasó casi cuatro años postrado en una cama.

 

El sustancial giro que dio a programas sociales y para personas con discapacidades siendo vicepresidente le valió la nominación al premio Nobel de la Paz de 2012 y desde 2014 ser el enviado especial del secretario general de la ONU sobre Discapacidad y Accesibilidad, a lo que renunció el año pasado para ser candidato presidencial.

 

Socialismo del siglo XXI

 

Prometió que de ganar las elecciones sería fiel al socialismo del siglo XXI. Se le considera una persona exigente con su trabajo y a quien le molesta la deshonestidad. Así como tampoco tolera la impuntualidad.

 

En su cierre de campaña en Quito se comprometió a mantener y ampliar los programas sociales para las clases más populares, a fomentar el emprendimiento mediante créditos y a reducir impuestos para recuperar la capacidad de consumo de los ecuatorianos.

 

Principales propuestas

Consolidar el proyecto nacional tomando como base la participación ciudadana.

 

Fortalecer las capacidades productivas del país para superar la dependencia de los mercados e inversores extranjeros y de los recursos naturales nacionales.

 

Mantener y ampliar las políticas de protección social.

Impulsar el trabajo digno, es decir, “estable, bien remunerado y de calidad, con seguridad social”.

 

Elaborar nuevas leyes para asegurar la sostenibilidad del Sistema de Salud y la Seguridad Social.

 

Equidad tributaria, para que paguen más impuestos los que más tienen.

 

(LaIguana.TV)