Unas horas antes de fallecer por una complicación pulmonar, un joven de 16 años, le pidió a sus familiares que le tomaran una fotografía para el recuerdo de ellos, mientras permanecía en el Hospital Central Antonio María Pineda en Barquisimeto, estado Lara. El adolescente estaba recluido en el área de Caumatología por presentar quemaduras de tercer grado en el 75% de su cuerpo, después de que su expadrastro incendiara su casa para, presuntamente, vengarse de la madre del adolescente.

 

Con lesiones desde el cuello hasta los talones, el joven que en su estado crítico siempre permaneció consciente, le relató a sus familiares cómo su expadrastro, Miguel Burguillo Escalona, alias el «Negro» (41) -ahora apodado “El Monstruo de El Jebe”-, lo amarró e incendió la casa donde vivía con su madre, en la calle 5 del sector La Laguna de El Jebe.

 

El pasado miércoles, los médicos precisaron que los riñones del joven comenzaron a funcionar después de recibir tratamiento. Sin embargo, permanecían atentos ante el estado de los pulmones que estaban complicados.

 

Tras el parte médico, el cuerpo del joven se comenzó a hinchar y le pidió a su familia que le tomaran una foto. Tres horas y media después, murió. 

 

“No, Dios, yo no lo quiero enterrar”, fueron las palabras de la madre del menor, cuando esperaba en la morgue la entrega del cuerpo que fue sepultado a las 2:30 de la tarde del jueves 8 de agosto.

 

Burguillo amarró al joven de 16 años en su hogar y lo dejó encerrado. Cuando la casa estaba en llamas, los vecinos escucharon los gritos. Un hombre se abalanzó contra la puerta y logró abrirla, pero las llamas impedían el acceso a la vivienda.

 

El adolescente logró quitarse el mecate y desde una habitación, pegado a una ventana, pedía ayuda. En ese momento, los vecinos arrancaron el protector de la ventana con un pico y él cayó.

 

De inmediato, al joven fue trasladado en una moto al Hospital Central, donde falleció.

 

(LaIguana.TV)