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Corría la madrugada del 12 de abril de 2003 y una fuerte explosión se produjo en las puertas del edificio Caracas Teleport, sitio donde se desarrollaban los diálogos entre oposición y gobierno, auspiciados por la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Centro Carter.

 

Las autoridades identificaron a los responsables: José Antonio Colina y Germán Rodolfo Varela, extenientes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), quienes también fueron implicados en los atentados ocurridos en febrero del mismo año contra la embajada de España y el consulado de Colombia en Caracas, los cuales debido a su magnitud han sido catalogados como los atentados terroristas más grandes que hasta ese momento habían ocurrido en el país.  

 

Al enterarse de la orden de captura emitida en noviembre de 2003 por al Ministerio Público huyeron a Estados Unidos, saliendo a través de Colombia. A pesar de las solicitudes hechas por Venezuela, la Agencia Norteamericana de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) descartó los cargos contra ambos a solicitud del propio Departamento de Estado norteamericano.

 

Vale destacar que Colina se graduó en 1998 en la Academia Interamericana de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, como Oficial de Abastecimiento.

 

En la actualidad, Colina, quien es un prófugo de la justicia, dirige la organización Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Vppex) a través de la cual recibe fondos del Senado de los Estados Unidos y además, presiona al gobierno estadounidense para que se inmiscuya en los asuntos internos de Venezuela. Esta organización es una de las promotoras en el ámbito internacional de una intervención de fuerzas extranjeras en nuestro país.

 

Esta “joyita” fue la encargada de condecorar esta semana al secretario general de la OEA, Luis Almagro, con la orden Rómulo Betancourt, en un acto realizado en el Doral, Miami; en el marco del autodenominado Día del Exiliado Venezolano 2017.

 

(LaIguana.TV)