Sin pudor y a la vista de todos, dólares y pesos van, y bolívares en efectivo vienen, en el mercado Las Pulgas y sus adyacencias, donde decenas de cambistas ofrecen sus ‘operaciones’ cual casa de cambio diariamente.

 

Con pacas de moneda nacional en la mano, los cambistas —en plena avenida Libertador— realizan una seña con sus dedos índices que mueven de forma circular para indicar que ofrecen conversiones en efectivo. Esta práctica se ha multiplicado en los últimos meses especialmente cerca del centro comercial Plaza Lago, ubicado al lado de Las Pulgas.

 

Por billetes de 1 dólar, como son de menor denominación,  estos buhoneros (porque laboran con mesa incluida) “solo” ofrecen 10 mil bolívares en efectivo, mientras que si son billetes de 5 dólares o más el monto sube a Bs. 11.200.

 

 

“Cambio peso o dólar. ¿Cuánto tienes? ¡Yo te lo cambio!” gritan estos cambistas quienes portan en la otra mano una calculadora lista para sacar las cuentas rápidamente porque llevan consigo, en cajas y hasta en bolsos tricolores, sumas altas en bolívares y divisas.

 

La mayoría de las personas que acuden a estos cambistas lo hacen para luego comprar, con los bolívares obtenidos, rubros de la canasta básica alimentaria como harina, arroz, huevos, pasta o queso en el mercado Las Pulgas.

 

Este es solo uno de los tantos males que regresaron a este popular lugar del casco central de Maracaibo, pues la venta de medicamentos de origen colombiano, la usura, el desorden y la suciedad continúan, sin sumar la posesión de las calles internas y el tráfico del papel moneda a la frontera con Colombia, situación que ha sido denunciada en múltiples ocasiones tanto por marabinos con por autoridades del Gobierno municipal y regional.

 

 

A punto de cumplirse un año de la intervención de Las Pulgas, ocurrida el 26 de septiembre de 2018, ya no es posible hablar de un “reducto” como la Alcaldía lo llamó a escasas semanas después de los trabajos. Ahora ese espacio tomó fuerza en la anarquía como un ‘monstruo’ fortalecido en la anomia.

 

Una harina de maíz se consigue en Bs. 11.500, azúcar en Bs. 7.500, granos en Bs. 16 mil, huevos en Bs. 30 mil, pasta en Bs. 15 mil y queso en Bs. 23 mil, precios similares a los encontrados, por punto de venta, en tiendas o supermercados.

 

Los locales comerciales del mercado quedaron para depósito de la mercancía de los informales en las calles y aceras del mercado. La mayoría de ellos está cerrada y los pasillos lucen oscuros.

 

“Allí hay anarquía. Patrullas pasan y pasan por aquí, los cambistas se mueven, pero al rato los vuelves a ver. No hay una acción contundente. Todo está caro ahí en Las Pulgas, es preferible comprar por punto de venta”, opinó Janeth Paz, quien vive precisamente en el centro de la ciudad.

 

Carol Camacho, del sector Gallo Verde, expuso que “deberían hacerle un seguimiento a lo que pasó ahí (en Las Pulgas). Detrás de todo caos, hay un interés. ¿Quién es el que impone el orden, entonces? Ahora se multiplicaron los cambistas también”.

 

Al respecto, el alcalde de Maracaibo, Willy Casanova, admitió que “el problema es profundo y tiene que ver con la realidad económica que a veces no controlamos desde la propia Alcaldía”.

 

Sobre el problema de los cambistas, Casanova indicó que, el sábado 10-A, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) actuó “y hubo una respuesta un poco irracional del sector de los buhoneros y la respuesta contundente de la GNB porque no vamos a permitir que gobierne la anarquía”.

 

El burgomaestre sostuvo que el problema de Las Pulgas implica un trabajo permanente y sistemático. Sin embargo, expresó que pese a que este es “un tema muy complejo”, tiene epicentro en “la guerra económica, la afectación de la moneda”.

 

Recordó que en septiembre del año pasado la municipalidad “dio un paso importantísimo” que permitió recuperar el casco central de Maracaibo “y concentrar el problema solamente en el tema del mercado”.

 

Informó que la autoridad civil del casco central es César Garrido, director de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía y la militar es el G/B Eddie Villasmil.

 

Señaló que se acercan otra vez las fechas decembrinas, “buena época para el actor de la economía ilegal y nosotros estamos conviviendo en esa realidad”, por lo cual cree que también tiene que ver con la recuperación del espacio, “por eso estamos empeñados en recuperar la Calle Derecha, la calle 8, la avenida Libertador para que se instale una nueva cultura y una nueva manera de hacer economía”.

(panorama.com.ve)