En la madrugada del 18 de agosto de 1936 en Granada ocurrió uno de los sucesos más cruentos de la Guerra Civil española. Los fascistas fusilaron al poeta, dramaturgo, paradigma de la libertad y voz de los perseguidos, Federico García Lorca. ¿La razón? Su posición política y su orientación sexual. 

“Vengo de darle dos tiros a García Lorca en el culo, por maricón y por rojo” se ufana en gritar a los cuatro vientos Juan Luis Trescastros, uno de sus verdugos. 

Sin embargo, 83 años después de su asesinato, el mundo sigue “enlorquecido” por el poeta, su obra y su figura, porque Lorca nunca ha muerto. 

«El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta», escribió el poeta.

 

(LaIguana.TV)