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Con tan solo cuatro días de haber llegado al mundo, la vida de un bebé cambió de manera drástica. Fue arrebatado de los brazos de su madre por una mujer que buscaba calmar la pérdida temprana de su criatura.

 

Transcurría el año 2013 y una mujer con marcados rasgos indígenas se encontraba con su bebé en los alrededores de la comunidad Warao, una población procedente del Delta del Orinoco, pero establecida desde hace varios años en las invasiones de Parque Valencia, parroquia Rafael Urdaneta.

 

Para la madre, esa fecha y ese lugar son imborrables. Fue allí, en el corazón del municipio Valencia, donde una mujer le arrebató a su recién nacido. Nada pudo hacer para evitar el robo de su hijo.

En un intento por reencontrase con su pequeño, acudió al Cicpc donde denunció el delito. Sin embargo las averiguaciones no arrojaban resultado alguno. Pasó el tiempo pero la indígena no obtuvo mayor información sobre el destino de su descendiente.

 

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