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El actual panorama del país en torno a las protestas y el posicionamiento mediático de un aparente clima de ingobernabilidad es parte de una estrategia de golpe de Estado, denominado «golpe blando» por el teórico estadounidense Gene Sharp.

 

En 1994, el autor publicó un polémico artículo titulado “De la dictadura a la democracia” en donde sintetizó, en un compendio de 198 métodos, las formas de derrocar gobiernos a través de golpes suaves, en donde la confrontación no es cuerpo a cuerpo, sino que sigue un proceso progresivo de socavamiento de la institucionalidad estatal.

 

«La naturaleza de la guerra en el siglo XXI ha cambiado (…) Nosotros combatimos con armas psicológicas, sociales, económicas y políticas», llegó a decir el ideólogo, sumamente en concordancia con otros intelectuales de esta supremacía estadounidense como Francis Fukuyama, con El Fin de la Historia, o Samuel Huntington y su Choque de la Civilizaciones.

 

Estas armas se distribuyen en etapas progresivas e interrelacionadas. Se trata de un arsenal sumamente sofisticado de estrategias y métodos.

 

La primera etapa promueve acciones «no violentas» a fin de generar malestar en la población.En esta etapa se pueden difundir denuncias, falsos rumores y todo aquello que atente contra la integridad moral de los funcionarios del Estado.

 

Luego, se agudizan las denuncias, haciendo especial énfasis en materia de lesa humanidad. Además, las acusaciones contra las autoridades se enfocan en el totalitarismo: dictadura, represión, violación del estado de derecho se convierten en conceptos clave de la agenda de desligitimación.

 

En la tercera etapa, se agudizan los métodos de manipulación: se reivindica la violencia, se desarrolla una narrativa épica para capitalizar el descontento generado a través de los medios de comunicación, y se promueve el ataque contra las instituciones públicas y su empleados.

 

La cuarta etapa es de confrontación no abierta,a partir del establecimiento de mecanismos psicológicos más incisivos: noticias más violenta,zozobra a través de redes sociales, rumores. El objetivo es posicionar la «ingobernabilidad».

 

Finalmente, la estrategia Sharp de golpe suave implica exigir la renuncia del Presidente, así como promover mecanismo para y destitución, o de existir las condiciones, incitar el derrocamiento. Aunado a esto, se influye en la opinión pública internacional, generando que los gobiernos del mundo fijen postura sobre el caso, acelerando la aplicación de mecanismos de intervención.

 

El presidente Hugo Chávez ya alertaba sobre esta estrategia, invitando a lo patriotas a reconocer su aplicación para poder combatirla; denuncia en la que ha insistido el presidente Nicolás Maduro, reiterando el llamado a la unidad patriótica ante este proceso de violación de la soberanía.

 

¿Se repite el guión? Juzgue usted mismo.

 

(LaIguana.TV)