El 4 de agosto de 2018 Yanín Pernía, alias «María», atentó junto a un grupo de personas contra la vida del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Hoy, un año después y desde el Instituto Nacional de Orientación Femenina (Inof), ubicado en Los Teques, estado Miranda, donde se encuentra recluida, asegura que de lo único que se arrepiente es de «haber fallado».

 

Además, afirma que la llamada operación «yunque-martilo», diseñada para asesinar al jefe de Estado, no tenía «fines políticos» ni de lucro. «Nadie nos pagó, nadie nos dijo qué hacer, todos nos unimos porque estábamos cansados de ver sufrir a nuestras familias”, aseguró en entrevista a Noticiero Digital.

 

No reveló detalles sobre la participación de los diputados Julio Borgues y Juan Requesen, con este último se le ha involucrado sentimentalmente.

 

“Fallaron los inhibidores de transmisión que se suponía que no debían estar activos ese día. Desde allí todo salió mal porque los efectivos de seguridad detectaron de dónde venía el ataque”, contó sobre el fracaso de la operación.

 

Continuó relatando: “Nos detuvieron a las 2 de la mañana del día siguiente por los trabajos de inteligencia que habían hecho; los dos operadores de drones que fueron detenidos en el mismo momento del atentado tenían toda la información en su celular, dónde íbamos a estar y en qué carros nos trasladamos. Desde ese momento fuí maltratada para confesar en que consistió todo”.

 

Pidió a las autoridades ser trasladada a la cárcel de Ramo Verde, ya que -afirma- en el Inof las condiciones de encarcelamiento son «inhumanas».

 

(LaIguana.TV)