Profesional de la animación en 3D, director y guionista, Pedro Solís, fue quien armó toda una historia alrededor de su hijo Nicolás, quien sufre de parálisis cerebral. El cortometraje de escasos diez minutos nos muestra a una niña -María- cuya rutina en el colegio se ve alterada por la llegada del niño con discapacidad. A partir de allí vemos el génesis de una gran amistad. El corto eleva importantes valores en base a las ilusiones de estos dos niños.
“Se lo dedico a tres personas muy especiales. A mi hija Alejandra, gracias hija por inspirarme esta historia. A mi hijo Nicolás, porque ojalá nunca me hubieras inspirado esta historia. Y te lo dedico a ti, Lola, por todo lo que no has llorado delante de mí”, fue la emotiva dedicatoria del joven director al recibir el Goya.
(LaIguana.TV)