¿Cómo se puede reducir el riesgo de cáncer de intestino? ¿Qué medidas hay que tomar para prevenir la enfermedad? Tenemos una respuesta para ti.

 

¿Qué comer?

 

Para empezar, una dieta alta en fibra es muy importante para reducir el riesgo de cáncer de intestino. Hay diferentes tipos de fibra, pero, en general, la fibra de cereales y granos integrales es una fuente ideal para mantener la salud.

 

Australia tiene uno de los mayores índices de cáncer de intestino en el mundo, así que las directrices australianas sugieren que el objetivo diario sea unos 30 gramos de fibra para los adultos. Sin embargo, menos del 20% de los adultos australianos cumplen con este consejo.

 

El salvado de trigo es una de las fuentes más ricas en fibra. No está claro de qué manera la fibra es capaz de reducir el riesgo de cáncer de intestino, pero los posibles mecanismos incluyen la reducción del tiempo que tarda la comida en pasar por el intestino —y, por lo tanto, la exposición a posibles carcinógenos— o por un efecto beneficioso sobre las bacterias intestinales.

 

Asimismo, se cree que la leche, los productos lácteos y el pescado graso reducen el riesgo de la enfermedad y tienen elementos de protección. Más aún, un estudio de pacientes con cáncer de intestino mostró que la reducción del nivel de la mortalidad se asoció con el consumo diario del café.

 

¿Qué productos evitar?

 

Los expertos afirman que hay una correlación entre el alto consumo de carne y el cáncer de intestino, por eso afirman que es mejor evitar grandes cantidades de carne, que incluye la carne roja, derivada del músculo de los mamíferos como la carne de res, ternera, cordero, cerdo y cabra, y la carne procesada como el jamón, el tocino y las salchichas.

 

Australia tiene uno de los mayores índices de cáncer de intestino en el mundo, así que las directrices australianas sugieren que el objetivo diario sea unos 30 gramos de fibra para los adultos. Sin embargo, menos del 20% de los adultos australianos cumplen con este consejo.

 

El salvado de trigo es una de las fuentes más ricas en fibra. No está claro de qué manera la fibra es capaz de reducir el riesgo de cáncer de intestino, pero los posibles mecanismos incluyen la reducción del tiempo que tarda la comida en pasar por el intestino —y, por lo tanto, la exposición a posibles carcinógenos— o por un efecto beneficioso sobre las bacterias intestinales.

 

Asimismo, se cree que la leche, los productos lácteos y el pescado graso reducen el riesgo de la enfermedad y tienen elementos de protección. Más aún, un estudio de pacientes con cáncer de intestino mostró que la reducción del nivel de la mortalidad se asoció con el consumo diario del café.

 

¿Qué productos evitar?

 

Los expertos afirman que hay una correlación entre el alto consumo de carne y el cáncer de intestino, por eso afirman que es mejor evitar grandes cantidades de carne, que incluye la carne roja, derivada del músculo de los mamíferos como la carne de res, ternera, cordero, cerdo y cabra, y la carne procesada como el jamón, el tocino y las salchichas.

 

(Sputnik)