Los planes de invasión que Iván Duque, su jefe Uribe, políticos corruptos y que la oligarquía colombiana adelantan contra Venezuela no son nuevos. Se remontan a la época en que el genocida ex presidente entregó su patria a EEUU y a cuatro años de finalizado su mandato dijo: «No llegué a invadirla porque me faltó tiempo». Y Chávez en tres palabras le respondió que fue porque le faltó «lo que no tiene».

 

Invadir al pueblo hijo de Bolívar que liberó a Colombia no tiene como único objetivo saciar el odio que esos ingratos sienten por la Revolución Bolivariana de Chávez y continuada por Maduro, sino adueñarse de un producto que de faltarles significaría su ruina y tal vez la muerte ya que lo necesitan para vivir, como el aire a los pulmones.

 

Se trata de la gasolina venezolana, combustible derivado del petróleo cuyo precio es miles de veces más barato que en Colombia, del que Venezuela posee las más grandes reservas del planeta y que en Colombia es escasa y la poca que aún le queda se agotará dentro de cinco años, por lo que la vienen robando desde hace muchos años.

 

De allí que los ríos Tarra, Limón y Catatumbo del Zulia son, desde hace tiempo, autopistas fluviales por donde transitan miles de lanchas llevando en su interior y remolcando millones de bidones, mientras que por trochas abiertas entre San Antonio del Táchira y Cúcuta, marcha a diario un ejército de hormigas humanas cargando miles de «pimpinas» y una caravana interminable de vehículos todoterreno con doble tanque y millones de litros de gasolina de contrabando hacia Colombia.

 

Ese combustible no sólo abastece a los vehículos robados en Venezuela que circulan en Cúcuta y Maicao, sino que la oligarquía y corruptos políticos narcotraficantes también la usan como precursor en la elaboración de cocaína cuya producción se ha duplicado envenenando al pueblo colombiano, al de Europa y de EEUU, el mayor consumidor de drogas del mundo, negocio redondo que genera ganancias como el tráfico de personas y la venta de armas.

 

Es un crimen generador de violencia, destrucción y muerte, frenado por los «Ejercicios Militares Soberanía y Paz 2019» que las FANB realizan en la frontera, por lo que Duque, desesperado decidió invadir a Venezuela, se ahogará junto con sus secuaces en los abismos del fracaso como a todos aquellos que un día lo intentaron.

 

(por: Hernán Mena Cifuentes)